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it-eso-stephen-king

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—Ojalá no p–p–p–preguntaras... –comenzóBill. Y se interrumpió. Audra vio una expresión deasombrado horror que se esparcía por su rostrocomo una mancha–. Dame un cigarrillo.Ella le pasó el paquete. Bill encendió uno.Audra nunca lo había visto fumar.—Además, yo tartamudeaba.—¿Tartamudeabas?—Sí, por aquel entonces. Dijiste que yo era elúnico hombre en Los Angeles, de cuantos conocías,que se atrevía a hablar despacio. La verdad es queno me atrevía a hablar deprisa. No era porreflexión, ni por decisión, ni por prudencia. Todoslos tartamudos reformados hablamos con lent<strong>it</strong>ud.Es uno de los trucos que se aprenden. Como el depensar en tu segundo nombre un momento antesde decir cómo te llamas, porque los tartamudostienen más problema con los sustantivos que conotras palabras. Y de todas las palabras del mundo,la que les da más trabajo es su nombre de pila.—Tartamudeabas. –Audra sonrió como si Billacabara de contar un chiste y ella no acabara deentenderlo.—Hasta que George murió, yo tartamudeabamoderadamente – dijo Bill.Ya comenzaba a oír que las palabras se leduplicaban en la mente, como si estuvieraninfin<strong>it</strong>esimalmente separadas en el tiempo. Las241

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