11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Muy bien –dijo–, ¿qué pasó? ¿Hay quellamar a la policía o sólo enviarte a Reno para quetrám<strong>it</strong>es el divorcio lo más rápido posible?—No puedo decirte mucho –dijo Beverly–. Teparecería demasiado demencial. Pero en realidadla culta fue mía...Kay golpeó la mesa. Bev dio un respingo en lasilla.—No quiero oírte decir <strong>eso</strong> –exclamó Kay conlas mejillas encendidas y los ojos pardos echandochispas–. ¿Cuánto tiempo hace que somos amigas?¿Nueve años, diez? Si llego a oírte decir una vezmás que fue culpa tuya, vom<strong>it</strong>aré. ¿Me oyes? Voy avom<strong>it</strong>ar, joder. No fue culpa tuya, ni esta vez ni lavez anterior ni nunca.¿No sabes el miedo que teníamos todos tusamigos de que ese hombre tarde o tempranoacabara por matarte?Beverly la miraba con ojos como platos.—Y <strong>eso</strong> si habría sido culpa tuya, al menoshasta cierto punto, por seguir con él y dejar quepasara. Pero ahora lo has dejado. Y no vengas, conlas uñas rotas, el pie herido y marcas de cinturónen los hombros, a decirme que fue culta tuya.—No me pegó con el cinturón –dijo Bev. Lamentira fue automática... tanto como la intensavergüenza que ruborizó su cara.—Si has terminado con Tom, también deberías670

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!