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it-eso-stephen-king

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O dolor.Dio un tremendo tirón y Bill voló por laventana, cayendo al pasto. Miró fijamente a Richie,con grandes ojos horrorizados.—¡Rá–rápido! –jadeó, mientras tomaba aRichie de la camisa–. ¡Te–tenemos qu...!Richie oyó que el carbón volvía a caer enavalanchas. Un momento después, la cara delhombre–lobo llenó la ventana del sótano,gruñéndoles. Sus garras buscaron el pastoinquieto.Bill aún tenía la Walther, no la había soltado enningún momento. La sujetó con las dos manos,reducidos los ojos a ranuras y apretó el gatillo. Seprodujo otro terrible estallido y Richie vio que elcráneo del hombre–lobo perdía un pedazo; untorrente de sangre le corrió por la cara, el pelaje yel cuello de la chaqueta escolar.Rugiendo siempre, empezó a salir por laventana.Richie se movía con lent<strong>it</strong>ud, como en unsueño. Metió la mano bajo la chaqueta y buscó elbolsillo posterior. De allí sacó el sobre con lacaricatura del hombre que estornudaba. Lo abrióen el momento en que la sangrante bestia asomabapor la ventana, a viva fuerza, cavando profundossurcos en la tierra con sus garras. Abrió el paquetey lo estrujó.651

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