11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Una vez sí, cuando me estaba bañando –dijoel pequeño–. Era una voz de chica. Sólo lloraba. Nodecía nada. Cuando terminó me dio miedo sacar eltapón, porque me pareció que podía ahogarla, ¿meentiende?Bill volvió a asentir.El chico lo miraba con franqueza, los ojosbrillantes y fascinados.—¿Usted conoce esas voces, señor?—Las oí –dijo Bill–. Hace mucho, muchotiempo. ¿Conocías a alguno de los chi–chicos quehan sido asesinados aquí, hijo?Los ojos del niño perdieron el brillo y cobraroninquietud y cautela.—Dice mi padre que no debo hablar condesconocidos. Dice que cualquiera podría ser elasesino.Dio otro paso para alejarse de Bill, retirándosehacia la sombra del olmo donde él había estrelladosu bicicleta veintisiete años atrás torciendo elmanillar.—Yo no, chico –le dijo él–. Estuve cuatro mesesen Inglaterra. Llegué ayer.—De cualquier modo no tengo que hablar conusted –insistió el chico.—Me parece bien –convino Bill–. Estamos enun p–p–país libre.1025

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!