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it-eso-stephen-king

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encontrado muerto.Beverly se echó a llorar. Por un momento, sussollozos y la respiración sibilante de Eddie fueronlos únicos sonidos en la hab<strong>it</strong>ación.—Mike no fue el único trinchado –dijo Eddie,por fin–. Henry parecía venir de la guerra.—¿Todavía quieres ir a la policía, Bev?Había pañuelos de papel en la mes<strong>it</strong>a de noche,pero convertidos en una masa empapada, en mediode un charco de agua Perrier. Beverly fue al baño,dando un rodeo al pasar junto a Henry. Tomó unaesponja y la empapó de agua fría. Surtió un efectorefrescante contra su cara hinchada y caliente. Sesintió capaz de pensar otra vez con claridad; conracionalidad no: con claridad. De pronto estabasegura de que la racionalidad los mataría s<strong>it</strong>rataban de usarla en esas circunstancias. Esepolicía: Rademacher. Tenía sospechas. ¿Y por quéno? Nadie llama a una biblioteca a las tres y mediade la madrugada. Había supuesto ciertaculpabilidad. ¿Qué supondría si se enteraba de queella había llamado desde una hab<strong>it</strong>ación dondehabía un cadáver en el suelo, con una botella rotaclavada en las entrañas? ¿Que ella y otros cuatrodesconocidos habían vuelto el día anterior a laciudad para una pequeña reunión y que ese tíohabía pasado por casualidad? ¿Habría creído ellamisma en semejante historia? ¿Quién podíacreerla? Naturalmente, podían apuntalar el relato1731

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