11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

escr<strong>it</strong>orio, bajo los ojos sonrientes del señor keene.Eddie deseaba estar en Los Barrens, rodeado desus amigos. La idea de que un monstruo, cualquierclase de monstruo, acechara bajo la ciudad dondeél había nacido y crecido, utilizando las cloacas ylos desagües para arrastrarse de un lado a otro, loasustaba, y la idea de pelear contra ese monstruo,de enfrentarse a él, lo asustaba aún más. Pero estoera peor. ¿Cómo se puede luchar contra un adultocuando dice que no va a doler y uno sabe que no escierto? ¿Cómo se lucha contra un adulto que hacepreguntas extrañas y dice cosas oscuramenteamenazadoras?Casi por casualidad, Eddie descubrió una de lasgrandes verdades de la infancia. "Los verdaderosmonstruos son los adultos", pensó. No fue grancosa, no fue un pensamiento que surgiera comorevelación ni que se anunciara con trompetas ycampanas. Simplemente vino y se fue, casisepultado bajo un pensamiento más fuerte:"Neces<strong>it</strong>o mi inhalador y quiero salir de aquí."—Relájate –insistió el señor Keene–. Te pasasla vida muy tenso y <strong>eso</strong> te agrava el asma. Miraesto.El señor Keene abrió el cajón de su escr<strong>it</strong>orio,revolvió adentro y sacó un globo. Expandiendo suestrecho pecho hasta donde pudo (la corbata se lebamboleaba como un bote en una ola suave), loinfló. El globo decía: "Farmacia del centro.1329

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!