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it-eso-stephen-king

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Don Hagarty retrocedió un poco, mientras losmuchachos repartían su atención entre Adrian y elsombrero, tratando de divisar un policía.—Bien, ¿nos dejas en...? –comenzó Adrian.Fue entonces cuando Garton lo golpeó en lacara arrojándolo contra la barandilla del puente,que le llegaba a la cintura. Adrian gr<strong>it</strong>ó, llevándoselas manos a la boca ensangrentada.—¡Adri! –gr<strong>it</strong>ó Hagarty.Dubay le puso una zancadilla y Garton le asestóuna patada en el estómago, arrojándolo a lacalzada. Pasó un automóvil. Hagarty se incorporósobre las rodillas y gr<strong>it</strong>ó pidiendo ayuda. Noaminoró la marcha. Según dijo a Gardener yReeves, el conductor ni siquiera volvió la cabeza.—¡Cállate, marica! –dijo Dubay y le dio unapatada en la cara.Hagarty cayó de lado contra la alcantarilla,semiinconsciente. Pocos instantes después, oyó lavoz de Chris Unwin; le decía que se fuera si noquería recibir lo mismo que su amigo. En su propiadeclaración, Unwin confirmó haber hecho esaadvertencia.Hagarty oyó golpes sordos y gr<strong>it</strong>os de suamante. Adrian parecía un conejo cogido en unatrampa, dijo a la policía. Él se arrastró hacia laesquina, hacia las luces de la terminal deautobuses. Cuando estuvo a cierta distancia, se54

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