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it-eso-stephen-king

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—Vamos –dijo–. La mierda se lava.—¡Stan el galán acaba de soltarse uno bueno! –exclamó Richie, y rió.—Richie, ¿quieres callarte? –siseó Beverly.Bill abrió la marcha por la tubería haciendomuecas de asco. Había hedor a mierda, pero habíatambién otro olor. Más leve pero más v<strong>it</strong>al. Si elgruñido de un animal pudiera tener olor (y Bill sedijo que era posible, si el animal en cuestión habíaestado comiendo ciertas cosas), habrían percibidoese olor. "Vamos en la dirección correcta, sí. "Eso"ha estado aquí... y durante mucho tiempo."Tras cinco o seis metros notaron que el aire seponía rancio y malsano. Bill avanzaba lentamente,pisando cosas que no eran barro. Miró sobre elhombro y dijo:—T–t–tú ven d–d–detrás de m–mí, E–E–Eddie. T–t–te voy a ne–neces<strong>it</strong>ar.La luz se dibujó en un gris muy pálido; semantuvo así por poco tiempo y luego desapareció,dejándolos en("del cielo azul a")la negrura. Bill avanzaba arrastrando los piescon la sensación de estar atravesando físicamenteel hedor. Iba con una mano tendida hacia adelante;parte de él esperaba encontrar, en cualquiermomento, pelaje áspero y ojos verdes abiertos en laoscuridad. El fin llegaría en una llamarada de1752

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