11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

la cabeza y sentía que la oreja se le iba a hinchar,pero se sentía de maravilla. Empezó a reír. Beverlylo im<strong>it</strong>ó. Muy pronto también Ben estaba riendo.Se detuvieron en Court Street y se dejaron caeren un banco, frente a la comisaría; en ese momentoparecía el único lugar de Derry donde podían estara salvo. Beverly pasó un brazo alrededor del cuellode Ben y el otro por el de Richie para darles unabrazo.—¡Eso estuvo estupendo! –Le chisporroteabanlos ojos–. ¿Habéis visto <strong>eso</strong>s tíos?—Ya lo creo –jadeó Ben–. Y no quiero volver averlos en toda mi vida.Eso los impulsó a otra tormenta de risahistérica. Richie esperaba que la banda de Henryapareciera tras la esquina y los persiguiera otravez, con comisaría o sin ella. Pero no podía dejarde reír. Beverly tenía razón. Había sido fantástico.—¡El Club de los Perdedores se anota unobueno! –chilló, exuberante–. ¡Juá–juá–juá!¡Bravo, niños!Un policía asomó la cabeza por una ventana dela planta alta, para gr<strong>it</strong>arles:—¡Eh, chicos! ¡Largaos de aquí!Richie abrió la boca para decir algo ingenioso,quizá con voz de policía irlandés, pero Ben le dioun codazo.—Cierra el pico, Richie –ordenó.616

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!