11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

eran Rich y Carol; muy familiar, considerando quenunca se habían visto cara a cara.—Muy bien, paga –dijo ella–. ¿Por qué no mehaces un Kinki Briefcase?Sin siquiera hacer una pausa (cuando uno teníaque hacer una pausa para buscar su voz, no había,por lo regular, ninguna voz que encontrar) Richdijo:–Aquí Kinki Briefcase, contable sexual. El otrodía me consultó un tío que quería saber qué era lopeor de coger el sida.Bajó un poco la voz; mientras su r<strong>it</strong>mo se ibaacelerando y tornando ag<strong>it</strong>ado. Era, claramente,una voz norteamericana, pero se las componía paraconjurar imágenes de un adinerado colonobr<strong>it</strong>ánico, tan encantador, en su confusión, comohuero. Rich no tenía la menor idea de quién eraKinki Briefcase, pero estaba seguro de que usabatrajes blancos, leía revistas caras, bebía tragoslargos y olía a champú de coco.—Se lo dije enseguida: es tratar de explicarle atu madre que te lo contagió una ha<strong>it</strong>iana. Hasta lapróxima vez, éste ha sido Kinki Briefcase, contablesexual, diciéndote, como siempre: "Si no entras encalor, me neces<strong>it</strong>as de as<strong>eso</strong>r."Carol Feeny aullaba de risa.—¡Es perfecto! ¡Perfecto! Mi novio no cree quetú puedas hacer esas voces. Dice qué ha de ser un102

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!