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it-eso-stephen-king

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—Yo y m–m–mi padre es–es–estamos segurosde que t–t–tienen una b–b–buena op–p–p–oportunidad –dijo Bill, y probó su té–. E–e–estám–m–muy b–bueno, sese–señora T–T–Tozier.—Gracias, Bill.—Los Red Sox van a llegar a primera el día enque tú dejes de tartamudear, boca de trapo –dijoRichie.—¡Richie! –chilló la señora Tozier.Estuvo a punto de dejar caer su vaso. Perotanto Richie como Bill Denbrough reíanhistéricamente. Miró a su hijo, a Bill, otra vez a suhijo, conmovida por una extrañeza que era, en sumayor parte, simple perplejidad, pero también unmiedo tan delgado y agudo que le penetró hasta lomás hondo del corazón y quedó vibrando allí, comoun diapasón de vidrio."No los comprendo, a ninguno de los dos –pensó–. No sé a dónde van, qué hacen, quéquieren... ni qué será de ellos. A veces... oh, a vecessiento miedo por ellos, y otras veces siento miedode ellos..."Se descubrió pensando, no por primera vez,que habría sido hermoso tener también una niña.Una hermosa niña rubia que ella habría vestidocon faldas combinadas con lazos y, en domingo,con zapat<strong>it</strong>os de charol negro. Una bon<strong>it</strong>a niña a laque hubiese gustado preparar bizcochos despuésde clase y que hubiera pedido muñecas, no libros630

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