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it-eso-stephen-king

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—Cuando dos hombres se toman el trabajo demantener tan bien una casa, tienen que tenermalas costumbres –había dicho una vez la madrede Eddie, con expresión gruñona, sin que el chicose atreviera a pedir aclaraciones.El garaje de camiones era el polo opuesto de lacasa. Era una estructura de ladrillos, de pocaaltura. Los ladrillos estaban viejos y en algunaspartes se desmoronaban con su tono naranja suciopasando a negro hollín en la parte inferior deledificio. Las ventanas estaban uniformementemugrientas, excepto un pequeño círculo abierto enla parte baja de la ventana que correspondía a laoficina del gerente. Ese vidrio, permanecíaimpecable gracias a los niños, porque el gerentetenía un almanaque de "Playboy" en su escr<strong>it</strong>orio.Ninguno de los chicos que iban a jugar al béisbolen la parte trasera dejaba de detenerse a limpiar elvidrio con su guante para contemplar la modelo delmes.El parque estaba rodeado por una extensión degravilla por tres lados. Los camiones con el letrero"Tracker Hnos. Derry–Newton–Providence–HartfordNueva York" pintado en el flanco solíanestar allí, en d<strong>eso</strong>rdenada abundancia. A veceseran sólo cabinas o remolques, silenciosamenteerguidos sobre las ruedas.Los hermanos Tracker mantenían los camionesen la parte trasera del edificio, dentro de lo posible,949

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