11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

déjalo! ¡Ahora mismo! ¿Me oyes? ¡Deja a ese chico!Eddie, por entre sus párpados medio cerrados yllenos de lágrimas, vio que una mano grandesujetaba a Henry por la camisa y el tirante delmono. La mano dio un tirón, apartando a Henry,que aterrizó en la grava. Eddie se puso de pie conlent<strong>it</strong>ud. Jadeando, escupió trozos de gravaensangrentada.Era el señor Gedreau, con su largo delantalblanco, y parecía furioso.Su cara no revelaba miedo alguno, aunqueHenry le llevaba más de cinco centímetros y unosveinte kilos. No revelaba miedo porque era adulto yHenry sólo un niño. Pero esta vez, pensó Eddie, esadiferencia no significaba nada. El señor Gedreauno lo comprendía. No se daba cuenta de que Henryestaba loco.—Marchaos de aquí –dijo el señor Gedreau,avanzando hacia Henry hasta ponerse frente aaquel chico de cara resentida–. Marchaos y novolváis nunca más. No me gustan los chicospendencieros.Repasó a los otros con su mirada furiosa.Moose y Victor clavaron la vista en sus zapatillas,Patrick se lim<strong>it</strong>ó a mirar a través del señorGedreau, con sus ojos vacuos. El hombre volvió adirigirse a Henry.—Tomad vuestras bicicletas y... –dijo.1348

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!