11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¡Bill! –gr<strong>it</strong>ó Mike . ¡Vamos! ¡Larguémonos deaquí!—¿Y si no ha muerto? –aulló Bill–. ¡Tenemosque seguirla, Mike! ¡Tenemos que asegurarnos!Una telaraña se descolgó como paracaídas conun ruido espantoso, como de pellejo arrancado.Mike cogió a Bill por el brazo y lo apartó de untirón,—¡Ha muerto! –gr<strong>it</strong>ó Eddie, reuniéndose conellos. Sus ojos brillaban febrilmente; su respiraciónsonaba como un gélido viento de invierno en lagarganta. Las hebras de telaraña habían quemadoparte del y<strong>eso</strong> de su brazo–. ¡La he oído! Estabaagonizando. Nadie da <strong>eso</strong>s quejidos cuando sale abailar. ¡Se estaba muriendo, estoy seguro!Richie sujetó a Bill y lo atrajo a un recio abrazo,palmeándole la espalda.—Yo también la oí. ¡Estaba agonizando, GranBill! Se moría... ¡Y ya no tartamudeas! ¿Cómo lohas conseguido? ¿Cómo diablos...?A Bill le daba vueltas la cabeza. El agotamientole vencía. No recordaba haberse sentido tancansado en toda su vida, pero en su mente oía lavoz de la Tortuga: "Yo de ti acabaría el trabajo; nodejes que escape... lo que se puede hacer a los onceaños, con frecuencia no se puede hacer nuncamás."—Pero tenemos que asegurarnos...1839

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!