11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Sintió un escalofrío; cruzó los brazos sobre lospechos desnudos, estremecida, y vio que teníacarne de gallina. Por un momento le pareció queuna voz había hablado dentro de su cabeza, comosi allí hubiera una presencia extraña."¿Me estaré volviendo loca? Dios mío, ¿es <strong>eso</strong>?""No –respondió una parte de su mente . Es sólod<strong>eso</strong>rientación... causada por el viaje... y lapreocupación por tu marido. Nadie habla dentro detu cabeza. Nadie..."—Aquí abajo todos flotamos, Audra –dijo unavoz desde el baño. Era una voz real, real como lascasas. Y astuta. Astuta y maligna–. Tú tambiénflotarás.La voz em<strong>it</strong>ió una ris<strong>it</strong>a, que bajó de tono hastaparecer un burbujeo en un desagüe tapado.Audra gr<strong>it</strong>ó... y se cubrió la boca con las manos.—No he oído <strong>eso</strong>.Lo dijo en voz alta. Desafiando a la voz. Nopasó nada. La hab<strong>it</strong>ación estaba silenciosa. Enalgún lugar, lejos, un tren silbó en la noche.De pronto sintió tal necesidad de Bill que lepareció imposible esperar a que amaneciera.Estaba en un cuarto de motel, exactamente igual aotros treinta y nueve, pero aquello era demasiado.Todo. Cuando una empieza a oír voces, todo esdemasiado. Demasiado escalofriante. Le parecíaestar deslizándose otra vez hacia la pesadilla de la1715

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!