11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

todos ellos. Si Belch los descubría, Ben era capazde darle una buena sorpresa.—Si les gustan los árboles les voy a dar leña –rep<strong>it</strong>ió Belch y rió entre dientes. La risa de BelchHuggins era un sonido grave, de duende–. Si lesgustan los árboles les voy a dar leña. Eso es bueno.¡Ja! Muy bueno.Beverly notó entonces que el torso de Ben sesacudía en movimientos bruscos y breves; parecíaestar soltando el aire en pequeñas bocanadas. Porun momento pensó que estaba llorando, pero almirarlo mejor se dio cuenta de que intentaba noreír. Los ojos del chico, desbordando lágrimas seencontraron con los suyos. A la escasa luz queentraba por las rendijas, ella vio que su compañerotenía la cara casi morada por el esfuerzo decontener la risa.—Si les gustan los árboles, les doy leña, leñ<strong>it</strong>a,leña –dijo Belch.Y se sentó pesadamente en el centro mismo dela trampa. Entonces el techo se estremeció de unmodo alarmante. Uno de los soportes em<strong>it</strong>ió uncrujido inquietante. Esa trampilla estaba pensadapara sostener el p<strong>eso</strong> de la hierba, pero no lossetenta y dos kilos de Belch Huggins."Si no se levanta pronto acabará en nuestroregazo", pensó Beverly, y la histeria de Ben empezóa contagiársele. Se imaginó de pronto abriendo unresquicio en el ventanuco para sacar la mano y1621

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!