11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

había asustado de verdad, cuando era niño, tal vezpor todo lo que le habían fastidiado por sus gafas ypor lo mucho que sufría en su vista. Esa películahabía sido "The crawling eye" con Forrest Tucker.No era muy buena. Los otros se habíandesternillado, pero Richie no. Richie habíaquedado frío, blanco y mudo sin una sola de susvoces a la que recurrir mientras ese ojo gelatinososalía de la niebla londinense prefabricada en elplató, haciendo ondular sus tentáculos fibrosos. Enla visión de aquel ojo habían tomado cuerpo cientemores e inquietudes no del todo comprendidos.Una noche, poco después, había sonado que semiraba al espejo y clavaba un largo alfilerlentamente en el iris negro de su ojo, sintiendo laresistencia entumecida y acuosa que se llenaba desangre. Recordaba (ahora lo recordaba) que, aldespertar, había encontrado la cama orinada. Y lamejor señal de lo horroroso que había sido el sueñoera el hecho de no haberse avergonzado ante esaindiscreción nocturna: con alivio, había abrazadola tela mojada bendiciendo la realidad de su vista.—Al cuerno –dijo Richie Tozier, en voz baja yno muy firme.Y se levantó para irse.Volvería al Town House para dormir una siesta.Si ésa era la calle del Recuerdo, prefería lasautopistas de Los Angeles en las horas punta. Eldolor de sus ojos debía ser un síntoma de su1014

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!