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it-eso-stephen-king

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Oh, Dios mío, es una nave espacial. ,Pero estaba convencido (y así lo diría a losotros después) de que no era una nave espacial,aunque debía haber cruzado el espacio para llegar.Aquello que había descendido en aquel día remoto,fuera lo que fuese, había llegado desde un lugarmás lejano que otra estrella u otra galaxia, y si laprimera idea que acudió a su mente fue naveespacial, quizá se debió a que su mente no tuvootro modo de expresar lo que sus ojos veían.Entonces se produjo una explosión, un rugidoal que siguió un fuerte choque r<strong>eso</strong>nante que losarrojó al suelo. Esa vez fue Mike quien buscó atientas la mano de Richie. Hubo otra explosión.richie abrió los ojos y vio un resplandor de fuego yuna columna de humo que se elevaba hasta el cielo.—¡"Eso"! –gr<strong>it</strong>ó a Mike aterrorizado. Nunca ensu vida había experimentado ni experimentaríaemoción alguna tan intensa, tan abrumadora.¡"Eso"! ¡"Eso"! ¡"Eso"!Mike lo levantó a tirones. Ambos corrieron porla alta ribera del Kenduskeag joven sin darsecuenta de lo cerca que estaban de la pendiente.Mike tropezó y cayó de rodillas. Luego le tocó arichie el turno de caer, raspándose la pantorrilla ydesgarrándose los pantalones. Se había levantadoviento y llevaba hacia ellos el olor de la selvaincendiada. El humo se fue tornando más esp<strong>eso</strong>.Richie cobró vaga conciencia de que él y Mike ya1304

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