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it-eso-stephen-king

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cuarto del televisor. Comprendió entonces que elpánico, surgido en su mente como un ratero quesube sigilosamente por una escalera, se habíaapoderado de ella. Recordó que había dejado caerla lata junto a la puerta del baño para correr a laplanta mientras pensaba: "Todo esto es un error.Más tarde nos reiremos de esto. Stanley llenó labañera, recordó entonces que no tenía cigarrillos ysalió a comprarlos antes de desnudarse." Sí. Sóloque había cerrado la puerta del baño desde dentroy había preferido abrir la ventana sobre la bañerapara descolgarse por la pared de la casa. Claro, porsupuesto, sin duda...El pánico volvió a embargarla. Era como cafénegro y cargado. Patty cerró los ojos para lucharcontra él. Permaneció inmóvil, como una estatuapálida, con el pulso latiendo en sus sienes.Recordaba haber bajado a toda carrera hacia elteléfono, pero ¿a quién quería llamar?Frenética, pensó "Llamaría a la tortuga, pero latortuga no pudo ayudarnos."De cualquier modo, ya no importaba. Habíamarcado el 0 y debía de haber dicho algo, puestoque la operadora acababa de preguntarle si teníaalgún problema. Si lo tenía, pero ¿cómo explicar aaquella voz que Stanley se había encerrado conllave en el baño y no respondía, que el goteo delgrifo en la bañera la aterrorizaba? Alguien teníaque ayudarla. Alguien...95

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