11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de séptimo curso, con el extraño nombre deStringer Dedham, arrojó hacia Belch Huggins unapelota con lo que él llamaba "cambio de velocidad".belch calculó perfectamente el "p<strong>it</strong>ch" (las pelotaslentas eran su especialidad) y bateó con tantafuerza que la envejecida pelota de Estornudoperdió su cubierta que cayó a uno o dos metros dela segunda base, como, una gigantesca polillablanca. La pelota en sí continuó subiendo hacia unglorioso crepúsculo, desmadejándose. En eltrayecto, mientras los chicos seguían su curso enmaravillado silencio, pasó por encima delalambrado y continuó. Eddie recordaba queStringer Dedham había dicho "¡Menudo golpe!",con voz pasmada de asombro. La pelota seguíadibujando una senda en el cielo. Todos vieron elcordel que se iba soltando. Tal vez antes de quecayera, seis muchachos treparon por la alambrada.Eddie recordó que Tony Tracker, riendo, habíagr<strong>it</strong>ado:¡Ésa parecía salida del Yankee Stadium! ¿Meoís? ¡Del Yankee Stadium tendría que haber salido,joder!Fue Peter Gordon quien encontró la pelota, nolejos del arroyo que el Club de los Perdedorescerraría con un dique, menos de tres semanasdespués. Lo que restaba no medía más de sietecentímetros de diámetro, que no se hubiera roto elcordel era una especie de milagro.957

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!