11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Dilo tú, Richie. Yo ya he hablado bastante porhoy.—Vosotros no lo sabéis o tal vez no lo recordáis,porque salisteis –les dice Richie–. Mikey y yofuimos los últimos indios que se quedaron en elagujero de humo.—El agujero de humo –mus<strong>it</strong>a Bill. Sus ojosestán distantes.—El ardor de mis ojos –dice Richie–, bajo laslentillas. Lo sentí por primera vez después de queMike me telefoneó a California. En ese momentono supe qué era, pero ahora sí. Era humo; humo deveintisiete años atrás. –Mira a Mike–.¿Psicológico, dirías? ¿Psicosomático? ¿Algosurgido del subconsciente?—Yo no diría <strong>eso</strong> –responde Mike en voz baja–.Lo que sentiste fue tan real como <strong>eso</strong>s globos,como la cabeza que vi en la nevera o como elcadáver de Tony Tracker que vio Eddie. Cuéntales,Richie.—Fue cuatro, o cinco días después de que Mikellevara el álbum de su padre a Los Barrens. Un díade mediados de julio, creo. La cas<strong>it</strong>a ya estabaterminada. Pero... lo de la chimenea fue idea tuya,Ben. La sacaste de un libro.Ben asiente, sonriendo.Richie piensa: "Ese día estaba muy nublado. Nohabía brisa. Truenos en el aire. Como aquel día, un1266

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!