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it-eso-stephen-king

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—¡Toma ya, gordo! –gr<strong>it</strong>ó Henry, con la mismavoz entre risueña y vociferante. Los arbustossusurraron. Henry apareció en el momento en quela lluvia se convertía en un diluvio. El agua lecorría por el pelo muy corto entrándole en los ojos,bañándole las mejillas. Su sonrisa mostraba todoslos dientes–. Así aprenderás a tirar p...Mike había encontrado una de las maderas quehabían sobrado al hacer la trampilla. Arrojada confuerza, dio dos vueltas en el aire y golpeó a Henryen la frente. El chico soltó un gr<strong>it</strong>o dándose unapalmada en ese s<strong>it</strong>io como quien ha tenido unaidea brillante, y cayó sentado.—¡Co–co–corred! –aulló Bill–. ¡Se–se–seguid aB–b–ben!Más manoteos y tropezones entre losmatorrales. Mientras el resto de los Perdedorescorría tras Ben Hanscom, aparecieron Victor yBelch. Henry se levantó y los tres iniciaron lapersecución.Aún más adelante, cuando Ben hubo recordadoel resto del día, de la carrera entre los matorralessólo conservaba una serie de imágenes confusas.Recordaba ramas sobrecargadas de hojaschorreantes que le golpeaban la cara; recordabaque los truenos y los relámpagos parecíaninterminables. Y recordó también que los gr<strong>it</strong>os deHenry, ordenándole volver y pelear, parecíanmezclarse con el ruido del Kenduskeag al que se1689

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