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it-eso-stephen-king

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—¿Se han marchado? ¿Bowers y <strong>eso</strong>s tipos?—S–sí –dijo Bill–. Escucha, ¿ppuedes qu–quedarte c–c–c–con mi am–amigo mientras v–v–voy a bubuscarle el mediccam–mento? T–tiene a–a–a...—¿Asma?Bill asintió con la cabeza.Ben se acercó y se dejó caer penosamente sobreuna rodilla junto a Eddie, que permanecíarecostado, con los ojos casi cerrados y el pechojadeante.—¿Quién le atizó? –preguntó Ben. Cuandolevantó la mirada, Bill le vio la misma furiafrustrada que él sentía–. ¿Fue Henry Bowers?él.Bill volvió a asentir.—Me lo imaginaba. Bien, ve. Yo me quedo con—Gra–gra–gracias.—No me lo agradezcas –dijo Ben–. Fue culpamía que cayeran sobre vosotros. Ve, date prisa.Tengo que llegar a casa antes de cenar.Bill se fue sin decir nada más. Le habríagustado decir a Ben que no se lo tomara muy apecho; lo que había pasado no era culpa suya, asícomo tampoco era culpa de Eddie haber abierto laboca tan estúpidamente. Los tíos como Henry y suscompinches eran accidente que a cualquiera letocaban, la versión infantil de los tornados, las387

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