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it-eso-stephen-king

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Preparó el desayuno para su padre: zumo denaranja, huevos revueltos y tostadas, en la versiónde Al Marsh pan caliente pero poco tostado). Él sesentó a la mesa, parapetado tras el News, y locomió todo.—¿Dónde está el beicon?—No hay más, papá. Lo terminamos ayer.—Prepárame una hamburguesa.—Queda sólo un poco de c... El papel crujió ydescendió un poco. Aquella mirada azul cayo sobreella como si tuviera p<strong>eso</strong>.—¿Qué has dicho? –preguntó él con suavidad.—Dije que enseguida, papá. Él la miró sólo uninstante más. Luego el periódico volvió a subir yBeverly corrió a la nevera para sacar la carne.Preparó una hamburguesa aplastando el puñad<strong>it</strong>ode carne picada que quedaba en la nevera para quepareciese más grande. Él la comió leyendo lapágina de deportes mientras Beverly le preparabael almuerzo: un par de bocadillos de mermelada ymantequilla de cacahuetes, un gran trozo de tartaque su madre había traído la noche anterior delrestaurante y un termo de café caliente con azúcar.—Dile a tu madre que quiero ver esta casalimpia hoy mismo –dijo, cogiendo la comida–.Parece una cuadra. Me paso todo el día limpiandoporquerías en el hosp<strong>it</strong>al. No me gusta nadaencontrar una porqueriza en mi propia casa. No lo691

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