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it-eso-stephen-king

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una gran persiana de sombras recorría lentamenteel lugar), pero allí había algo escalofriante, unsilencio med<strong>it</strong>abundo quebrado sólo por el viento.Mike se sentía como el explorador que encuentralos últimos restos de una fabulosa ciudad perdida.Delante y a la derecha, vio el flanco redondeadode un enorme cilindro de azulejos que se elevabaentre el elevado pasto. Corrió hacia allí. Era lachimenea principal de la fundición. Echó unvistazo al interior del hueco y sintió otro escalofrío.Era tan amplio, que él habría podido metersedentro, pero no pensaba hacerlo. Sólo Dios sabíaqué porquería habría allí adherida a los azulejosinteriores, ennegrecidos por el humo, qué bestias obichos horribles podrían haber establecido suresidencia en ese hueco. El viento soplaba aráfagas. Cuando penetraba por la boca de lachimemea caída, despedía un sonido fantasmal,como el de los cordeles encerados que él y su padreponían en las bramaderas al terminar el invierno.Retrocedió, nervioso. De pronto pensaba en lapelícula que había visto con su padre la nocheanterior en la tele. Se llamaba Rodan. Por la nochele había parecido muy divertida. Su padre reía ygr<strong>it</strong>aba "¡Caza ese pájaro, Mickey!" cada vez queaparecía Rodan, y Mike le disparaba con el dedohasta que la madre se asomó para decirles que secallaran si no querían provocarle un dolor decabeza.Pero ahora no resultaba tan divertido. En la469

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