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it-eso-stephen-king

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infantil en los medicamentos, los medicamentos dela niñez que lo arreglaban todo, que le hacíansentirse mejor cuando los chicos más grandes lomaltrataban o cuando lo atropellaban al salir de laescuela o cuando tenía que quedarse sentado juntoa Tracker Hermanos, porque su madre no le dejabahacer deporte. Era buena medicina, medicinafuerte; y al saltar contra la cara de la arañapercibiendo su asqueroso aliento amarillo,sobrecogido por su furia concentrada y su decisiónde aniquilarlos a todos, disparó el inhaladordirectamante a uno de aquellos ojos–rubíes.Sintió su alarido; esa vez no era de ira, sólo dedolor y agonía. Vio la miríada de got<strong>it</strong>as que seposaba en ese bulto rojo–sangre, las vio ponerseblancas allí donde se posaban, las vio hundirse talcomo se hubiera hundido una salpicadura de ácidosulfúrico. Vio que su enorme ojo empezaba aachatarse como una sanguinolenta yema de huevoy corría en un horrible torrente de sangre y pus.—¡Vuelve ahora, Bill! –gr<strong>it</strong>ó en un postreresfuerzo.Y golpeó a "Eso". Sintió su ruidoso calormetiéndose en él; sintió un calor húmedo, terrible,y se dio cuenta de que su brazo sano se habíadeslizado en la boca de la araña.Apretó otra vez el inhalador dentro de lamaligna y maloliente garganta de "Eso", y sintió undolor súb<strong>it</strong>o, deslumbrante, claro como la caída de1853

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