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it-eso-stephen-king

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desnudo y arrojaremos la ropa a Los Barrens. A lomejor, al ir a buscarla se enreda en hidra venenosa.—También podemos revolcarlo en el carbón –dijo Belch. Sus ojos, antes opacos, estabanrelucientes–. ¿Te parece bien, Henry?—Buena idea, sí –respondió el otro con un tonoindiferente que a Victor no terminó de gustarle–Lo revolcaremos en el carbón tal como lo revolquéen el barro la vez pasada. Y... –Henry sonrió,mostrando los dientes que ya empezaban aestropearse, aunque sólo tenía doce años–. Tengoque decirle algo. Creo que la vez pasada no me oyó.¿De que se trata, Henry? –preguntó Peter.Peter Gordon sólo sentía interés y entusiasmo.Provenía de una de las "buenas familias" de Derry.Vivía en Broadway Oeste y, dentro de dos años, loenviarían al inst<strong>it</strong>uto de Groton... por lo menos,<strong>eso</strong> creía él, aquel 3 de julio. Era más inteligenteque Vic Criss pero como no llevaba mucho tiempoen el grupo, no se daba cuenta del modo en queHenry iba degenerando.—Ya te enterarás –dijo Henry– Ahora cállate,que nos estamos acercando.Estaban a veinticinco metros de Mike. Henryiba a abrir la boca para ordenar el ataque cuandoMoose Sadler disparó el primer petardo del día.Moose había comido tres platos de habas la nocheanterior y el pedoneo sonó como un disparo.Mike se volvió. Henry vio que dilataba los ojos.1165

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