11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—No eres la única.—¿Qué? –inquirió Beverly.—Que no eres la única –rep<strong>it</strong>ió Ben–. Mira...Se interrumpió para mirar a Eddie, que hizo ungesto de asentimiento. Miró también a Stan y elchico puso cara de desdicha, pero acabó porencogerse de hombros y asintió también.—¿De qué me estáis hablando? –preguntóBeverly. Estaba cansada de que todo el mundo ledijera cosas inexplicables ese día; apretó con fuerzael brazo de Ben–. Si sabéis algo de esto, decídmelo.—¿Quieres contarle tú? –preguntó Ben a Eddie.Kaspbrak sacudió la cabeza. Sacó el inhaladordel bolsillo y lo utilizó.Ben, hablando con lent<strong>it</strong>ud y eligiendo suspalabras, contó a Beverly cómo había conocido aBill Denbrough y a Eddie Kaspbrak en Los Barrens,al terminar las clases, hacía casi una semana, pormucho que costara creerlo. Le habló del dique quehabía construido allí, al día siguiente y rep<strong>it</strong>ió lahistoria de Bill sobre la fotografía de su hermanomuerto que había vuelto la cabeza para guiñarle unojo. Contó su propia aventura con la momia quecaminaba sobre el hielo del canal, en plenoinvierno, con globos que flotaban contra el viento.Beverly lo escuchaba todo con creciente horror,sintiendo que se le agrandaban los ojos, que susmanos y sus pies se enfriaban.713

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!