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it-eso-stephen-king

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garras peludas y llenos de furia asesina. De vez encuando, alguien se volvía loco y mataba a muchagente –a veces, Chet Huthley contaba cosas deésas, en el informativo de la noche–, y tambiénestaban los comunistas, por supuesto, pero ningúnmonstruo horripilante vivía en el sótano. Noobstante, la idea persistía. En aquellos momentosinterminables, mientras buscaba a tientas la llavede la luz con la mano derecha (el brazo izquierdo secogía con fuerza a la jamba de la puerta), el olor asótano parecía intensificarse hasta llenar el mundoentero. Los olores a suciedad, humedad yhortalizas podridas se mezclaban en un olorinconfundible e ineludible; el del monstruo, laapoteosis de todos los monstruos. Era el olor dealgo que él no sabía nombrar; el olor de Eso "En eloriginal, It. Los protagonistas transforman elartículo neutro en nombre propio para designar ala fuerza misteriosa contra la que se enfrentan (N.de la T.)" agazapado al acecho y listo para saltar.Una criatura capaz de comer cualquier cosa, peroespecialmente hambrienta de carne de niño.Aquella mañana abrió la puerta para tantearinterminablemente en busca del interruptor,sujetando el marco de la puerta con la fuerza desiempre, los ojos apretados, la punta de la lenguaasomando por la comisura de los labios como unaraicilla agonizante buscando agua en un s<strong>it</strong>io desequía. ¿Gracioso? ¡Claro! "Mira a Georgie¡Georgie le tiene miedo a la oscuridad! ¡Vaya11

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