11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pero al fin la historia quedó contada. Bill losmiró sucesivamente, a un tiempo temeroso ydesafiante. Eddie vio una expresión idéntica en lascaras de Ben, Richie y Stan. Era de miedo solemney respetuoso, sin el menor tinte de incredulidad.Entonces sintió el impulso de levantarsebruscamente gr<strong>it</strong>ando: "¡Tonterías! ¡Quién va acreer semejante idiotez! Y aunque tú la creas, nopensarás que nosotros nos la tragamos, ¿no? ¡Lasfotografías no guiñan el ojo! ¡Los álbumes nosangran! ¡Estás más loco que una cabra, Gran Bill!"Pero no podía hacerlo porque ese miedosolemne estaba también en su cara. No podía verlo,pero lo sentía."Vuelve, chico –susurró aquella voz áspera–:Te la chuparé gratis. ¡Vuelve!""No –gimió Eddie–. Vete, por favor. No quieropensar en <strong>eso</strong>.""Vuelve, chico."Y entonces Eddie vio algo más. En la cara deRichie no, pero en la de Stan y la de Ben sí, seguro.Comprendió que había algo más; lo comprendióporque sentía la misma expresión en su propiacara.La identificación de algo conocido."Te la chuparé gratis."La casa de Neibolt Street, número 29, estabas<strong>it</strong>uada ante los ferrocarriles de Derry. Era vieja y521

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!