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it-eso-stephen-king

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¿sabes? Ya lo creo que sí. Y era verde.Se reunieron detrás del Black Spot yempaparon sus antorchas con gasolina. Tal vezsólo querían asustarnos. He oído otra cosa, perotambién oí <strong>eso</strong>. Preferiría creer que sus intencioneseran ésas, porque no tengo maldad suficiente paracreer lo peor.Puede que la gasolina chorreara por los mangosde esas antorchas y que, al encenderlas, los que lassostenían se asustaran y las arrojaran al suelo.Como sea, aquella negra noche de otoño seencendió de pronto con luz de antorchas. Algunoslas sostenían en alto y las ag<strong>it</strong>aban; algunos trozosde estropajo cayeron sobre ellos. Otros reían. Perohubo algunos que las arrojaron por las ventanastraseras, a nuestra cocina. En un minuto y medio elclub ardía como un infierno.Los hombres de fuera ya tenían puestas suspuntiagudas capuchas blancas. Algunosentonaban: "¡Salid, negros! ¡Salid, negros! ¡Salid,negros!" Algunos quizá lo decían para asustarnos,pero creo que casi todos trataban de advertirnos,así como prefiero creer que esas antorchas cayeronen nuestra cocina por casualidad.De cualquier modo, no importaba mucho. Labanda estaba tocando a pleno pulmón. Todo elmundo lanzaba exclamaciones, aplaudía ydisfrutaba. Dentro, nadie se dio cuenta de que algoiba mal hasta que Gerry Mcgrew, que esa noche era794

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