11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

ealidad, ¿a quién le interesaba? Los que cayeronese día no fueron el presidente Hoover y su señora.Fue lo mismo que matar a unos perros rabiososcapaces de morderte a la primera.—Pero ¿y las mujeres?—Un par de rameras –dijo con indiferencia–.Además, <strong>eso</strong> pasó en Derry, no en Nueva York nien Chicago. El lugar, hijo, interesa tanto como loque pasa. Por <strong>eso</strong> los t<strong>it</strong>ulares son mas grandescuando un terremoto mata a doce personas en LosAngeles que cuando mata a tres mil en algunaremota comarca del Medio Este."Además, <strong>eso</strong> paso en Derry."Lo he oído decir otras veces y supongo que, sicontinúo con esta investigación, lo oiré muchasmás. Lo dicen como si hablaran con un retardado:con paciencia. Tal como uno contestaría: "Por laley de gravedad", si alguien preguntara por quéestamos pegados al suelo, cuando caminamos. Lodicen como si fuera una ley natural que cualquierhombre normal debería comprender. Y lo peor, porsupuesto, es que sí, lo comprendo.Tenía una última pregunta para Norbert Keene.—¿Vio usted aquel día, una vez iniciada larefriega, a alguien que no conociese?La respuesta del señor Keene fue tan prontaque mi temperatura sanguínea bajó diez grados...al menos, ésa fue mi sensación.1120

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!