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it-eso-stephen-king

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—P–p–pe–pero lo–lo viste.Stan miró a los otros, uno a uno, y se pasó lamano por el pelo corto con un largo suspirotembloroso. Sus ojos parecieron despejarse de esalocura que tanto preocupara a Bill.—Sí –dijo–. Sí, está bien. Sí. ¿Era <strong>eso</strong> lo quequerías? Sí.Bill pensó: "Todavía estamos juntos. Eso no nosdetuvo. Todavía podemos matarlo. Podemosmatarlo... si somos valientes."Miró a su alrededor y vio, en cada par de ojos,cierta medida de la misma historia. No era tangrave como la de Stan, pero allí estaba.—S–S–Sí –dijo y sonrió al niño judío. Al cabode un instante, Stan le devolvió la sonrisa. Su carase liberó, en parte, de esa horrible expresión deespanto–. Eso e–e–era lo que yo quequería, id–id–diota.—Bip–bip, Dumbo –dijo Stan.Y todos rieron. Con una risa chillona, histérica.—Va–va–vamos –dijo Bill, porque alguientenía que decir algo–. Te–terminemos la c–c–cas<strong>it</strong>a. ¿Q–q–qué os paparece?Leyó la grat<strong>it</strong>ud en los ojos de todos y se alegrópor ellos... pero esa grat<strong>it</strong>ud no aliviaba en nada supropio espanto. En realidad, había en ella algo quele daba deseos de odiarlos. ¿Acaso jamás podríaexpresar su propio terror porque no cedieran los1259

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