11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El chico miró boquiabierto; después se echó areír.—¡Qué divertido! Nunca vi a un mayor en unatabla de patinar.—Te daré veinticinco centavos –dijo Bill.—Dice mi papá...—Que nunca aceptes dinero ni golosinas dedesconocidos. Es un buen consejo. De cualquiermodo, te daré veinticinco centavos. ¿Qué teparece? Iré sólo hasta la esquina de la calleJackson.—Quédese con la moneda –dijo el chico,rompiendo a reír otra vez; era una risa alegre yfresca–. No la neces<strong>it</strong>o. Tengo, dos dólares.Prácticamente soy rico. Pero <strong>eso</strong> es algo que quierover. Eso sí: si se hace daño no me eche la culpa amí.—No te preocupes –repuso Bill–. Estoyasegurado.Hizo girar una de las ruedas de la tabla con eldedo; le gustó la veloz facilidad con que giraba:parecía haber un millón de cojinetes allí dentro.Sonaba bien y despertaba algo muy antiguo en elpecho de Bill. Un deseo caliente como la voluntad,encantador como el amor. Sonrió.—¿Qué le parece? –preguntó el chico.—Que me voy a matar de un golpe.El chico rió otra vez.1028

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!