11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Sonaba y sonaba. Eddie no apartaba la vista deHenry temiendo que se levantara en cualquiermomento. Cuánta sangre, por Dios, cuánta sangre.—Recepción –dijo una voz soñolienta yresentida.—Llame a la hab<strong>it</strong>ación del señor Denbrough –pidió Eddie–. Es urgente.Con el otro oído estaba atento a lashab<strong>it</strong>aciones contiguas. ¿Habrían hecho muchoruido? ¿Y si alguien llamaba a la puerta parapreguntar si tenía problemas?—¿Está seguro de que quiere llamar a estahora? –preguntó el empleado–. Son las tres y diezde la madrugada.—¡Sí, quiero llamar! –respondió Eddie, casi agr<strong>it</strong>os.La mano que sostenía el auricular temblabaconvulsivamente. En el otro brazo sentía un nidode avispas. ¿Henry se había movido otra vez? No,seguro que no.—De acuerdo –dijo el empleado–. Tranquilo,amigo.Se oyó un chasquido; luego, el áspero zumbarde un teléfono interno. "Vamos, Bill, vamos, a ti..."De repente se le ocurrió un pensamientohorriblemente posible: ¿Y si Henry había vis<strong>it</strong>adoantes a Bill? ¿O a Richie? ¿A Ben, a Bev? ¿Y siHenry había hecho una vis<strong>it</strong>a a la biblioteca? tenía1678

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!