11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

moño sobre la cabeza y sujeto con peinetas demarfil.—Podemos ir solos, Rose –dijo Mike.—Muy bien, señor Hanlon. –Les sonrió aambos–. Creo que les une una buena amistad.—Creo que sí –dijo Mike–. Por aquí, Bill.Lo condujo por un corredor en penumbras, másallá del comedor principal, hacia una puerta dondependía una cortina de cuentas.—¿Los otros...? –empezó Bill.—Ya están todos aquí–dijo Mike–. Todos losque pudieron venir.Bill vaciló ante la puerta por un momento,súb<strong>it</strong>amente asustado. No era lo desconocido loque le asustaba, no era lo sobrenatural; era saberque medía treinta centímetros más que en 1958 yque había perdido la mayor parte de su pelo. Depronto se sintió intranquilo, casi aterrorizado, antela perspectiva de verlos a todos otra vez, con lascaras de niño casi gastadas, casi sepultadas bajo elcambio, como el viejo hosp<strong>it</strong>al. Bancos erigidosdentro de cabezas donde, en otros tiempos, seelevaron mágicos palacios de imágenes."Hemos crecido –pensó–. No pensamos quepasaría esto en aquel entonces. A nosotros no. Peroasí fue y si entro será realidad. Ahora todos somosadultos."Miró a Mike, desconcertado.828

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!