11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

cerró los ojos y esperó a que ocurriera lo inev<strong>it</strong>able.Entonces Bill vociferó:—¡Hai–oh, Silver, arreee!La bicicleta tomó más velocidad y por fin cesóde marearlos con ese bamboleo. Richie aflojó lasmanos aferradas a la cintura de Bill y se sostuvodel castillo montado sobre la rueda trasera. Billcruzó Kansas Street en diagonal, voló por las calleslaterales a una velocidad cada vez mayor y seencaminó hacia W<strong>it</strong>cham Street como si corrierapor estratos geológicos. Abandonaron StraphanStreet y tomaron por W<strong>it</strong>cham a una velocidadexorb<strong>it</strong>ante. Bill inclinó a Silver hasta cas<strong>it</strong>umbarla, bramando otra vez:—¡Hai–oh, Silver!—¡Vamos, Gran Bill! –gr<strong>it</strong>ó Richie, tanasustado que estaba a punto de ensuciarse losvaqueros, pero riendo como loco–. ¡Échale el resto!Bill respondió poniéndose de pie sobre lospedales, para imprimirles un r<strong>it</strong>mo lunático. Richieestudió su espalda, asombrosamente ancha,considerando que sólo tenía once años, y elmovimiento de sus hombros bajo la chaqueta. Depronto tuvo la seguridad de que eraninvulnerables, de que vivirían por siempre jamás.Bueno, tal vez los dos no... pero Bill sí, seguro. Billno tenía idea de lo fuerte que era, tan seguro, tanperfecto.636

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!