11.07.2015 Views

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

it-eso-stephen-king

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

quince minutos observando la biblioteca, cuandovuelva al escr<strong>it</strong>orio le tendré el carnet preparado.—Supongo que debo pagar una tasa, por no serde la ciudad y todo <strong>eso</strong>.—Cuando era niño, ¿tenía carnet?—Sí, claro. –Ben sonrió–. Exceptuando a misamigos, creo que ese carnet de la biblioteca era lomás importante...De pronto, una voz llamó, cortando el silenciode la biblioteca como un bisturí.—Ben, ¿quieres subir aquí?Ben giró en redondo, dando un respingoculpable, como hacen todos cuando alguien gr<strong>it</strong>aen una biblioteca. No vio a nadie que conociera... yun momento después se dio cuenta de que nadiehabía levantado la mirada; nadie daba señal d<strong>eso</strong>rpresa o de fastidio. Los ancianos seguíanleyendo sus periódicos y revistas. En las mesas delcuarto de referencias, dos estudiantes secundariastenían la cabeza metida en una montaña depapeles y de fichas. Varios curiosos estudiaban lashileras de libros señalados con el cartel "Obras deficción contemporáneas " préstamo a siete días".Un viejo, tocado con una ridícula gorra de chófer,la pipa fría apretada entre los dientes, seguíahojeando una carpeta de dibujos de Luis de Vargas.Ben volvió a mirar a la joven, que lo observaba,intrigada.933

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!