La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

pesar de que este término pueda resultar aquí anacrónico). La intervención del demiurgo supone la
implantación de un modelo político: aunque Platón habla del político que imita al demiurgo, en
realidad lo que se está haciendo es modelar el sistema ontológico a partir de la figura del
gobernador en una especie de inversión teológica u ontoteología, que como tal, es humanista 296 .
Este desplazamiento ideológico castraría el talento filosófico, que procede esencialmente en vista a
la eternidad, haciendo de la reflexión platónica una claudicación, una vuelta a la caverna y a la
problemática meramente accidental, que poco a poco deja morir el brillo de Platón, el que
caracteriza su punto de arranque: el combate dialógico al nihilismo sofista.
Según Jean Frère, Aristóteles 297 será el filósofo que introduce un estudio estructurado y
sistemático acerca del deseo a partir de la unidad que le otorga. El deseo, en términos generales, es
designado por el término orexis, haciendo así referencia al deseo en cuanto que impulso, y engloba
dentro de sí al apetito, al ánimo, a la voluntad y a la elección. Es considerado, a su vez, el atributo
del alma que le imprime movimiento pero debemos tener en cuenta que este movimiento que
implica el deseo se opone a la inmovilidad del acto, que en el terreno en el que nos encontramos,
hace referencia al placer. Sin embargo, Teresa Oñate, profunda estudiosa del pensamiento
aristotélico libre del agenciamiento escolástico posterior, advierte que el alma explicada por
Aristóteles es inmóvil, y esto lo cambia todo. El mérito de Aristóteles no solo es haber reducido las
fuerzas afectivas de las que veníamos tratando a un único principio, sino también y
consiguientemente, abordarlo en toda su importancia ontológica, gnoseológica, ética y estética. En
los Tópicos, aunque aún cercano a las reflexiones platónicas, muestra ya su crítica a la unidad del
Bien, que se profundizará en el Libro I de Ética a Eudemo: lo que se pone en cuestión
primeramente es la relación que Platón establece entre deseo, desear y vida, ya que para Aristóteles
no todos los seres aspiran a un Bien único, sino que cada uno de ellos desea el bien que le es
propio, no dejando lugar para un bien-en-sí-absoluto-total. La vida conduce al deseo al bien que le
es propio. Este paso nos permite algo tan importante como dejar atrás la moral y adentrarnos en la
ética, preferida de Spinoza y de Deleuze, dado que en lugar de un bien y mal absolutos, resulta más
adecuado hablar de lo bueno y de lo malo en sentido relacional.
Además, perfila ya la diferencia entre el deseo en sentido general y englobante que
denominaremos, siguiendo a Jean Frère, deseo-impulso, y el deseo-apetito. Así, el primero puede
296 T. Oñate y Zubía en Nacimiento de la filosofía en Grecia. Viaje al inicio de Occidente. op.cit. p. 68-69.
297 Cfr. Para recorrer el estudio de J. Frère sobre los afectos en Aristóteles, ver J. Frère: Les grecs et le decir de l´être.
op.cit. Parte III: “Aristote. Le fondement métaphysique du decir et du plaisir”, pp. 287-434.
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