La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

univocidad del Ser 1455 . El principio de no-contradicción impide que el no-ser sea. El principio de
no-contradicción es a-consciente en el sentido de que es indemostrable y precomprendido en el
pensar humano. De este modo el Inconsciente no es solo lo no sabido sino también lo más sabido,
aquello en base a lo cual funciona nuestro saber, aquello que es la condición de posibilidad del
lenguaje, aquello que es el límite del pensar. El principio de no-contradicción es un sinsentido en
tanto que indemostrable que genera o gracias al cual se generan sentidos. De este modo, encajaría
dentro de la concepción del Inconsciente como primer principio ontológico del pensar. Sin
embargo, Deleuze parece sumarse a la idea freudiana de que en el Inconsciente no existe la
negación y por tanto puede reunir a los contrarios o, incluso, lo contradictorio. Tal vez el principio
de no-contradicción valga para el ser de lo ente pero no necesariamente para el Ser mismo 1456 . Si
entendemos el principio de no-contradicción como el mero reverso del principio de identidad, no
tendría posibilidades, quizás, de ser primer principio ontológico. Si las tendría, sin embargo, si el
principio de no-contradicción fuera entendido más primariamente como la forma de ser del Ser
que, en cuanto es, no puede no ser. De todos modos, es posible que Deleuze se quede más
armoniosamente con el simple reunir del logos, con el “y” del logos de Heráclito 1457 . Si el límite
posibilitante del pensar es el Inconsciente y el principio de no-contradicción es el arché en el
sentido de primer principio indemostrable, tendríamos que decir que el Inconsciente es principio de
1455 En E. Molina: “Principio de no-contradicción y usos del verbo ser en Aristóteles”. Onomazein. Revista de
lingüística, filología y traducción de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, nº 7, 2002:
http://www.onomazein.net/7/ser.pdf , observamos como el principio de no-contradicción como principio primero e
indemostrable posibilitante del pensar viene a afirmar la no ambigüedad de la noción de ser (pp. 5-6).
1456 Cfr. En Nietzsche, “La voluntad de poder como conocimiento” decía Heidegger que en el principio de nocontradicción
se trata el ser de lo ente: sería la posición anticipada de la esencia del ente. Nietzsche había entendido
que el principio de no-contradicción es un imperativo biológico, un instinto, algo subjetivo, una incapacidad para
contradecir. Heidegger, sin embargo, al comentar esta posición nietzscheana diría que, entonces, en todo caso, la
vida y lo vital también tendrían el carácter de orden por cuanto estaríamos hablando de una necesidad para la vida
humana: el conocimiento sería necesario para la vida y es necesario porque hace surgir una necesidad y la resuelve.
Heidegger entiende orden primeramente como instituir y no como requerir, como forma fundamental de la libertad,
como fundación, sin fundamento, de un fundamento. Con ello, se estaría diciendo que el conocimiento tiene el
carácter de una invención y no de una representación. Se estaría diciendo que biológico quiere decir en este asunto,
el rasgo esencial del inventar. Lo biológico estaría referido a la vida tal y como la entiende Nietzsche y en
Nietzsche la vida parece ser la physis y, por tanto, para Heidegger, el Ser no agotable por lo ente. Así, el principio
de no-contradicción vendría a ser la invención vital y libre de un fundamento sin fundamento. En cualquier caso,
para Heidegger, la cuestión del principio de no-contradicción se mueve dentro del terreno de la metafísica que trata
de dilucidar el Ser a partir del ser de lo ente y no del Ser mismo. Sin embargo, si queremos mantener la inmanencia
tan deseada por Deleuze, ¿no tendríamos que comprender el Ser a través de lo ente siendo fieles, no obstante, a la
diferencia ontológica y, por ello, no metafísicos?¿No basta con saber que el Ser no es agotable por lo ente ni
reductible a los esquemas de pensamiento humanos?
1457 “El , al contrario, siempre está en medio sin poder nunca adquirir un papel de fundamento, nunca se
puede decir separadamente porque separada no tiene sentido. Siempre es relación del mismo modo que lo es el
plan(o) de inmanencia” (A. Núñez: La ontología de Gilles Deleuze: de la política a la estética. op.cit. p. 432);
“Por ello, nunca hay un orden dado de antemano, porque el no jerarquiza, no hay direcciones, ni alto, ni
bajo en este plan(o) de inmanencia, la no selecciona qué se puede juntar con qué, es diferente al Ser de la
ontología al uso en el cual hay diferencia entre lo esencial y lo accidental...” (A. Núñez: La ontología de Gilles
Deleuze: de la política a la estética. op.cit. p. 433).
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