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La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

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hoy.<br />

Hemos repetido, en muchas ocasiones y <strong>de</strong> muchos modos, que <strong>el</strong> <strong>de</strong>seo es productivo. T<strong>al</strong><br />

vez se acerque <strong>el</strong> momento <strong>de</strong> explorar, pues, las r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong> <strong>de</strong>seo, la afectividad y la<br />

producción, comprobando cómo la productividad <strong>de</strong>l ser humano actu<strong>al</strong> ha <strong>de</strong>venido molecular. El<br />

<strong>de</strong>seo es productivo pero, a<strong>de</strong>más, la producción fabrica <strong>de</strong>seo, reporta numerosas mod<strong>al</strong>ida<strong>de</strong>s en<br />

las que <strong>el</strong> <strong>de</strong>seo pueda subjetivarse. <strong>La</strong>s condiciones <strong>de</strong> trabajo integran, crecientemente, r<strong>el</strong>aciones<br />

afectivas muy diversas pero, a<strong>de</strong>más, <strong>el</strong> trabajo está encomendado como nunca a la creación <strong>de</strong><br />

afectos. Así, la dimensión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo y <strong>de</strong> los afectos que lo vehiculizan en un sentido o en otro, ha<br />

poblado la esfera <strong>de</strong> la producción soci<strong>al</strong>, <strong>de</strong> t<strong>al</strong> modo que, incluso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la lógica capit<strong>al</strong>ista <strong>de</strong> la<br />

explotación, nos vemos inducidos a generar materi<strong>al</strong> inconsciente o, mejor dicho, a producir<br />

dispositivos <strong>de</strong> captura <strong>de</strong>l Inconsciente. En <strong>el</strong> pasado, la esfera labor<strong>al</strong> se veía adscrita <strong>al</strong> ámbito<br />

<strong>de</strong> la conciencia. Así todavía la concibe, como hemos visto, Bataille. <strong>La</strong> productividad habría sido<br />

una función <strong>de</strong>l sujeto consciente que transforma su entorno natur<strong>al</strong> voluntariamente y con vistas a<br />

una rentabilidad para su niv<strong>el</strong> o c<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> vida. Se habría dado, así, una especie <strong>de</strong> ligazón entre<br />

producción, conciencia y necesidad, hasta t<strong>al</strong> punto que <strong>el</strong> trabajo habría sido entendido como la<br />

acción planificada por un conjunto <strong>de</strong> individuos humanos que, tomando conciencia <strong>de</strong> la<br />

necesidad o <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s, se disponen a ponerle remedio, conquistando así, siempre<br />

en la mediación <strong>de</strong>l trabajo, la libertad. El hombre fue consi<strong>de</strong>rado libre en cuanto que trabajador.<br />

De esta manera, la esclavitud a la que la fábrica, la oficina o <strong>el</strong> campo lo sometía quedaba<br />

resarcida. Aún en Marx, si <strong>el</strong> trabajo era odiado y evitado, en lo posible, por la mayor parte <strong>de</strong> las<br />

personas no era por <strong>al</strong>gún carácter esenci<strong>al</strong>, por <strong>al</strong>guna particularidad propia <strong>de</strong>l mismo, sino, más<br />

bien, por la perversión <strong>de</strong> las condiciones y, en última instancia, <strong>de</strong> la propia natur<strong>al</strong>eza <strong>de</strong>l trabajo<br />

a la que la explotación <strong>de</strong>l hombre por <strong>el</strong> hombre lo habría conducido. Concretamente, <strong>el</strong> trabajo<br />

habría quedado extrañado en la medida en que <strong>el</strong> trabajador, <strong>al</strong>ienado, expropiado <strong>de</strong>l<br />

conocimiento, perdía la conciencia <strong>de</strong> su propia actividad, perdía <strong>de</strong> vista <strong>el</strong> carácter gener<strong>al</strong> <strong>de</strong>l<br />

proceso productivo, así como sus fines. Solo en esa medida, <strong>el</strong> humano no se hacía libre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

inmersión labor<strong>al</strong>. En cu<strong>al</strong>quier caso, <strong>el</strong> auténtico proceso labor<strong>al</strong> iría parejo <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong><br />

concienciación y <strong>el</strong> trabajo sería, humanamente, libertad, máxima expresión <strong>de</strong> la voluntad. <strong>La</strong>s<br />

funciones reproductivas, por su lado, se habrían visto vinculadas a las fuerzas inconscientes. <strong>La</strong>s<br />

tareas reproductivas caían fuera <strong>de</strong> la dignidad <strong>de</strong>l estatuto <strong>de</strong> trabajo: no sería la conciencia <strong>de</strong> la<br />

necesidad la que las motivara sino la astucia biológica infra o supraindividu<strong>al</strong>, que se abriría paso a<br />

través <strong>de</strong> los distintos modos <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo que estarían transitando a la mujer. Hoy la reproducción<br />

humana está tan tecnologizada y la crianza y la educación tan asistida, tan médicamente informada,<br />

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