La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

de representación y aquella idea cuya expresión hubiera de permanecer invariada ejercería una
influencia de distribución y selección sobre las posibilidades de la otra (proceso semejante al que
se da en la rima de los poetas). Otra idea a señalar en la concepción freudiana de la elaboración
onírica es la de que ésta no puede crear discursos originales, afirmando que la oración onírica
procede de discursos recordados existentes entre el material del sueño. El texto sería conservado
fielmente o ligeramente desplazada su expresión, permaneciendo invariado pero modificado el
sentido, ya que la elaboración del sueño no haría caso del sentido que las palabras poseían en las
ideas latentes 839 .
Vemos que el simbolismo para Freud es un modo de representación indirecta de una idea.
Así, en psicoanálisis sería simbólica toda formación sustitutiva. En un sentido más estricto, se
referiría al modo de representación caracterizado por la constancia de la relación entre el símbolo y
lo simbolizado inconsciente, comprobándose dicha constancia de un individuo a otro (sueños
típicos). El uso lacaniano de la noción de “simbolismo” responde a la relación establecida entre la
estructura del inconsciente y la del lenguaje y a mostrar cómo el sujeto humano se inserta en un
orden preestablecido, que también es de naturaleza simbólica. El simbolismo designaría así una
estructura cuyos elementos funcionan como significantes. Pero también designaría la Ley que
fundamenta este orden: “padre simbólico” o “nombre-del-padre”. Muchos sostienen que en
psicoanálisis, solo se puede hablar de simbolismo en aquellos casos en que lo simbolizado es
inconsciente. De hecho, para Freud, el sentido de los símbolos escapa a la conciencia. El problema
de cómo el individuo se apropia de los símbolos forjados por la humanidad, condujo a Jung al
planteamiento del “inconsciente colectivo”. Freud no se definió sobre estas cuestiones pero emitió
la hipótesis de una herencia filogenética. Esta hipótesis resulta enriquecida a la luz de la noción de
“fantasma” o “fantasías originarias”. El fantasma es un guión imaginario en el que se halla presente
el sujeto y que representa la realización de un deseo inconsciente 840 . Estamos hablando de
imaginación, no como facultad, sino como la actividad creadora que anima un mundo imaginario.
Concretamente podemos hablar de fantasmas típicos, que el psicoanálisis reconoce como
organizadores de la vida de la fantasía, cualquiera que sea la experiencia personal de los
individuos. Sería un patrimonio, como decíamos antes, transmitido filogenéticamente. Se
encuentrarían de un modo general en los seres humanos aunque no puedan referirse a escenas
839 Cfr. Para ampliar la información acerca de la elaboración onírica e interpretación de los sueños se puede acudir a
aquellos lugares de la obra freudiana que nos han servido como fuente para volcar esta información.
Fundamentalmente lo relativo a los sueños se recoge en Introducción al psicoanálisis. op.cit. Cap. : “Los sueños” y
en La interpretación de los sueños 2. op.cit., especialmente capítulos 6 y 7: “Material y fuentes de los sueños” y
“La elaboración onírica”, respectivamente.
840 Cfr. Para ampliar información ver S. Freud: Introducción al psicoanálisis, op.cit. pp. 308-330.
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