La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

nuestra mano y podemos fingirlos” 1049 ; “Pero hay situaciones, instantes de la vida, en que, sin
advertirlo, confiesa el ser humano grandes porciones de su decisiva intimidad, de lo que
auténticamente es. Una de estas situaciones es el amor. En la elección de amada revela su fondo
esencial el varón; en la elección de amado, la mujer” 1050 ; “Siendo el amor el acto más delicado y
total de un alma, en él se reflejarán la condición e índole de ésta” 1051 ; “... podemos hallar en el
amor el síntoma más decisivo de lo que una persona es” 1052 . Ortega también advierte en los
contenidos de la conciencia una superficialidad bajo la cual se halla una realidad inconsciente y
abrupta: “... salvo esa somera intervención de nuestra voluntad, vivimos de una vida irracional
que desemboca en la conciencia, oriunda de la cuenca latente, del fondo invisible que en rigor
somos” 1053 .
En cuanto a Deleuze, creemos que encuentra en el amor la posibilidad de esa experiencia de
despersonalización que permite un encuentro de los inconscientes. No sabríamos decir si, en este
sentido, se apuesta más por el eros, tal y como lo hubieran hecho Platón o Bataille, o por la philia,
línea en la que andaría Spinoza u Ortega. Tal vez, su apuesta se halla en ese medio aristotélico en
el que el eros es una forma de presentación de la philia y así, una de las vías para el saber. Otro de
los modos de la philia en Aristóteles es la concordia o amistad política, que nos permite, así,
establecer nuestra relación con la comunidad en términos de política del amor y de la amistad. Este
es el amor que, ya a la manera platónica, ya a la manera aristotélica, quiere reivindicar Negri.
Además, éste cita a San Francisco de Asís para introducir en este amor, no solo a los humanos, tal
y como dispondría Spinoza, sino también a los animales y a la naturaleza, lo cual resulta un buen
principio para asentar las bases de una sensibilidad ecologista.
Hemos querido presentar el sentido de la expresión “políticas del amor” para dilucidar de
modo más conveniente en qué consiste el proyecto ontológico-político deleuziano. Lo hemos
hecho, además, a través de un viaje que recoge las aportaciones de los filósofos griegos y de
Spinoza y Ortega a las concepciones de amor, de amistad y de concordia. Ello se debe a nuestro
propósito de mostrar a Deleuze como un pensador que hereda el sentido vital que los clásicos
daban al ejercicio de la filosofía. Creemos que Deleuze supo ver que la amistad, ya en su versión
1049 Ibid. p. 68.
1050 Ibidem.
1051 Ibid. p. 154.
1052 Ibidem.
1053 Ibid. p. 71..
449