16.04.2013 Views

La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

más perfecto, <strong>el</strong> <strong>de</strong> las esencias, <strong>el</strong> <strong>de</strong> la eternidad. Es corr<strong>el</strong>ativo a la beatitud y por él, <strong>al</strong>canzamos<br />

la univocidad <strong>de</strong>l Ser. Este conocimiento implica intimidad, autoafección; implica que las causas<br />

<strong>de</strong> lo que nos afecta no vienen <strong>de</strong> fuera sino que la causa está en nosotros pero más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong> nuestras<br />

partes extensivas. Este conocimiento, dice <strong>D<strong>el</strong>euze</strong>, no se <strong>al</strong>canza, por ejemplo, mediante la<br />

sexu<strong>al</strong>idad puesto que ésta solo r<strong>el</strong>aciona, según Spinoza, extensiones físicas con extensiones<br />

físicas. Nunca pasa a<strong>de</strong>ntro: se trata <strong>de</strong> un encuentro superfici<strong>al</strong> y equívoco (Observemos la<br />

diferencia con respecto <strong>al</strong> tratamiento <strong>de</strong> Bataille <strong>de</strong> la sexu<strong>al</strong>idad humana). Es importante <strong>al</strong>canzar<br />

un buen número <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as a<strong>de</strong>cuadas en la vida, <strong>de</strong> t<strong>al</strong> manera que la muerte solo afecte a una<br />

pequeña parte <strong>de</strong> nosotros mismos, como exponía <strong>D<strong>el</strong>euze</strong> más arriba. En las i<strong>de</strong>as a<strong>de</strong>cuadas está<br />

la posibilidad <strong>de</strong> conexión con <strong>el</strong> mundo. Si conocemos <strong>el</strong> mundo <strong>al</strong>canzamos un conocimiento<br />

eterno en cuanto que nos fusionamos con <strong>el</strong> propio mundo, con su ley, con su logos: “De todas<br />

maneras, la potencia humana es sumamente limitada, y la potencia <strong>de</strong> las causas exteriores la<br />

supera infinitamente. Por <strong>el</strong>lo, no tenemos la potestad absoluta <strong>de</strong> amoldar según nuestra<br />

conveniencia las cosas exteriores. Sin embargo, sobr<strong>el</strong>levaremos con serenidad los<br />

acontecimientos contrarios a las exigencias <strong>de</strong> la regla <strong>de</strong> nuestra utilidad, si somos conscientes<br />

<strong>de</strong> haber cumplido con nuestro <strong>de</strong>ber, y <strong>de</strong> que nuestra potencia no ha sido lo bastante fuerte<br />

como para evitarlos, y <strong>de</strong> que somos una parte <strong>de</strong> la natur<strong>al</strong>eza tot<strong>al</strong>, cuyo or<strong>de</strong>n seguimos. Si<br />

enten<strong>de</strong>mos eso con claridad y distinción, aqu<strong>el</strong>la parte nuestra que se <strong>de</strong>fine por <strong>el</strong> conocimiento,<br />

es <strong>de</strong>cir, la mejor parte, se contentará por completo con <strong>el</strong>lo, esforzándose por perseverar en ese<br />

contento. Pues en la medida en que conocemos, no po<strong>de</strong>mos apetecer sino lo que es necesario, ni,<br />

en términos absolutos, po<strong>de</strong>mos sentir contento si no es ante la verdad. De esta suerte, en la<br />

medida en que enten<strong>de</strong>mos eso rectamente, <strong>el</strong> esfuerzo <strong>de</strong> lo que es en nosotros la mejor parte<br />

concuerda con <strong>el</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la natur<strong>al</strong>eza entera” 1107 . El amor <strong>de</strong> la mente humana es una forma en<br />

la que Dios se ama a sí mismo ya que Dios se explica a través <strong>de</strong> la mente humana, consi<strong>de</strong>rándose<br />

así a sí mismo. Al mismo tiempo se ofrece <strong>al</strong> hombre <strong>el</strong> tiempo <strong>de</strong> la eternidad a partir <strong>de</strong>l<br />

conocimiento <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as a<strong>de</strong>cuadas. Contra Descartes y <strong>el</strong> cristianismo, Spinoza afirma que no<br />

po<strong>de</strong>mos conocernos a nosotros mismos y solo po<strong>de</strong>mos conocer los cuerpos exteriores por las<br />

afecciones que producen en <strong>el</strong> nuestro. Se excluye la aprehensión <strong>de</strong> la cosa pensante por sí misma.<br />

Hemos visto, sin embargo, como Spinoza restituye la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> logos <strong>de</strong> Heráclito como (<strong>de</strong>s)or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> la Natur<strong>al</strong>eza que nos atraviesa a nosotros mismos. Este es <strong>el</strong> modo en que nos encontramos <strong>de</strong><br />

nuevo ante ese Pensar sin sujeto que nosotros hemos llamado Inconsciente Ontológico, un Pensar<br />

que <strong>de</strong>sborda la conciencia e incluso la individu<strong>al</strong>idad: “Nous échappent essenti<strong>el</strong>lement toutes les<br />

1107 Citado en A. Negri: <strong>La</strong> anom<strong>al</strong>ía s<strong>al</strong>vaje. Ed. Anthropos. Barc<strong>el</strong>ona, 1993. p. 284.<br />

463

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!