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La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

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confundido con higienismo ni con conservacionismo, y no reductible, ni siquiera, a sostenibilidad<br />

medioambient<strong>al</strong>. No dudamos <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> la s<strong>al</strong>ubridad en los e<strong>spacio</strong>s en los que las<br />

personas <strong>de</strong>sarrollan su vida, trabajo, etc. Sin embargo, esta problemática no es <strong>de</strong> índole<br />

ecológica. Incluso, habría que señ<strong>al</strong>ar que, en muchos casos, medidas como la profilaxis, la<br />

<strong>de</strong>sinfección, la vacunación, la antisepsia, etc., que pue<strong>de</strong>n resultar higiénicamente positivas, son,<br />

en cambio, ecológicamente negativas. Algo parecido ocurre con las políticas conservacionistas. Se<br />

diría, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> vista ecológico, que toman lo anecdótico por lo princip<strong>al</strong>. A menudo somos<br />

informados acerca <strong>de</strong> nuevas especies biológicas en p<strong>el</strong>igro <strong>de</strong> extinción. Inmediatamente, esta<br />

información se acompaña <strong>de</strong> las medidas tomadas <strong>al</strong> respecto: protección, programas <strong>de</strong><br />

repoblación mediante <strong>el</strong> cautiverio o <strong>el</strong> translado <strong>de</strong> ejemplares, etc. Frecuentemente, estas<br />

medidas tienen muy poco v<strong>al</strong>or ecológico. Por un lado, si otorgamos a la natur<strong>al</strong>eza un v<strong>al</strong>or en sí,<br />

si notamos y admiramos su carácter divino, su autosuficiencia, se exige, <strong>de</strong> nuestro lado, minimizar<br />

las actitu<strong>de</strong>s invasivas y fisc<strong>al</strong>izadoras. Denunciar <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro <strong>de</strong> extinción o la extinción <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminadas especies, es oportuno en la medida en que, con <strong>el</strong>lo, contribuyamos a visibilizar y a<br />

cuestionar la m<strong>al</strong>a gestión <strong>de</strong> los recursos natur<strong>al</strong>es, la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong>l entorno y la f<strong>al</strong>ta <strong>de</strong> amor<br />

hacia la vida que exhibe la racion<strong>al</strong>idad mercantil <strong>de</strong> nuestros sistemas económicos y axiológicos.<br />

Sin ambargo, si reducimos <strong>el</strong> enfoque, reducimos también las soluciones y acabamos redundando<br />

en actitu<strong>de</strong>s invasivas <strong>de</strong> dudoso v<strong>al</strong>or ecológico en la mayor parte <strong>de</strong> los casos. Forzar la<br />

conservación <strong>de</strong> las especies en p<strong>el</strong>igro <strong>de</strong> extinción mediante la reproducción en condiciones<br />

artifici<strong>al</strong>es o <strong>de</strong>tener las plagas mediante la creación <strong>de</strong> otras nuevas, no solo no son acciones<br />

ecologistas sino que <strong>de</strong>satien<strong>de</strong>n la espontánea sucesión natur<strong>al</strong> <strong>de</strong> la vida y la muerte. Así como<br />

<strong>de</strong>saparecen unas especies, surgen otras, lo cu<strong>al</strong> no constituye, en sí, un verda<strong>de</strong>ro problema. Por<br />

último, diremos que, aunque v<strong>el</strong>ar por la sostenibilidad <strong>de</strong> los modos <strong>de</strong> vida humanos sea <strong>al</strong>go<br />

esenci<strong>al</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l pensamiento político, no po<strong>de</strong>mos reducir <strong>el</strong> pensamiento ecologista a un<br />

conservacionismo dirigido, esta vez, hacia la vida humana. En <strong>de</strong>finitiva, tan solo podríamos<br />

i<strong>de</strong>ntificar ecologismo con higienismo, conservacionismo o sostenibilidad, a condición <strong>de</strong> pensar <strong>el</strong><br />

ecologismo bajo paradigmas antropocentrados. Nuestro propósito es, en cambio, configurar las<br />

bases para un ecologismo posthumanista e, incluso, para un ecologismo ontológico, más <strong>al</strong>lá <strong>de</strong>l<br />

instrument<strong>al</strong>ismo ilustrado y <strong>de</strong>l snobismo romántico.<br />

¿Cuáles son las dificulta<strong>de</strong>s para establecer, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> postestructur<strong>al</strong>ismo, un programa<br />

político ecologista? Contestaremos a partir <strong>de</strong> dos claves: la ambiv<strong>al</strong>encia <strong>de</strong>l spinozismo y la<br />

tecnofilia. Spinoza se ha convertido en inspiración para una fundamentación <strong>de</strong>l pensamiento<br />

ecologista, sobre todo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una rama con la que nos sentimos especi<strong>al</strong>mente vinculados: la<br />

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