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La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

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cu<strong>al</strong> cosa. Para <strong>el</strong>lo tenemos que ya estar viendo i<strong>de</strong>as: “No podríamos ver en absoluto cosas <strong>de</strong><br />

color ni <strong>el</strong> brillo si no viéramos siempre ya la claridad y la oscuridad” 455 . Ese percibir esenci<strong>al</strong><br />

ocurre en <strong>el</strong> <strong>al</strong>ma pero <strong>el</strong> <strong>al</strong>ma no está en nuestro interior sino fuera: nos viene <strong>de</strong>l Afuera que nos<br />

ro<strong>de</strong>a. El <strong>al</strong>ma tomada así es r<strong>el</strong>acion<strong>al</strong> y posibilita un entre. El <strong>al</strong>ma entendida así concuerda con<br />

lo que hemos dado en llamar Inconsciente Ontológico, es <strong>el</strong> medio. También podríamos <strong>de</strong>cir con<br />

Heráclito logos o, con Aristót<strong>el</strong>es, nous poietikos, capaz <strong>de</strong> percibir <strong>el</strong> “y” <strong>de</strong> las síntesis<br />

disyuntivas: “<strong>el</strong> <strong>al</strong>ma es <strong>el</strong> ofrecerse <strong>el</strong> ámbito único <strong>de</strong> perceptibilidad, en <strong>el</strong> que todo lo<br />

perceptible confluye, siendo mantenido ahí en unidad y mismidad” 456 ; “Ella está en sí, en cuanto<br />

t<strong>al</strong>, extendida hasta lo otro que le pue<strong>de</strong> ser dado, y se mantiene constantemente y sólo en t<strong>al</strong><br />

exten<strong>de</strong>rse” 457 . Igu<strong>al</strong> que en <strong>D<strong>el</strong>euze</strong>, <strong>el</strong> Inconsciente, o sea, <strong>el</strong> Pensar, las condiciones <strong>de</strong><br />

posibilidad <strong>de</strong>l pensar, están en <strong>el</strong> entre, siendo, por tanto, r<strong>el</strong>acion<strong>al</strong>es. El <strong>al</strong>ma sería la ten<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>al</strong> Ser 458 .<br />

En la parábola <strong>de</strong> la caverna la luz es, como <strong>el</strong> Ser, lo que permite pasar. Si en la caverna no<br />

hubiera luz tampoco se verían las sombras. <strong>La</strong> diferencia está en que los enca<strong>de</strong>nados <strong>de</strong> la caverna<br />

no saben nada sobre la luz porque está a sus esp<strong>al</strong>das. <strong>La</strong> luz es <strong>el</strong> Ser, es la condición <strong>de</strong><br />

posibilidad, <strong>el</strong> límite posibilitante, es en Platón la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien, que no es un principio lógico ni<br />

mor<strong>al</strong> (Se trataría más bien <strong>de</strong> invertir <strong>el</strong> platonismo cristiano y no tanto <strong>el</strong> platonismo mismo). <strong>La</strong><br />

aspiración hacia la I<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Bien la llama Platón eros. Dice Hei<strong>de</strong>gger que para nosotros y en parte<br />

por <strong>el</strong> <strong>psicoanálisis</strong>, esta p<strong>al</strong>abra ha perdido su fuerza semántica 459 . Ciertamente si la eroticidad se<br />

convierte en una r<strong>el</strong>ación entre un sujeto y un objeto, per<strong>de</strong>mos su carácter ontológico. Creemos<br />

que t<strong>al</strong> carácter se recupera en <strong>el</strong> concepto <strong>de</strong> erótica <strong>de</strong> Bataille que examinaremos más a<strong>de</strong>lante<br />

(apartado 3.3.3.). <strong>La</strong> aspiración <strong>al</strong> Ser es inconsciente y lo pretendido en la aspiración es tenido<br />

pero no en la mod<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> la posesión. El Inconsciente, si es ontológico y no psicológico, no nos<br />

455 Ibid. p. 60.<br />

456 Ibid. p. 187.<br />

457 Ibid. p. 188.<br />

458 “Dirigiendose hacia... y aprehendiendo <strong>al</strong>go, <strong>el</strong> Dasein no s<strong>al</strong>e <strong>de</strong> su esfera interna, en la que estaría<br />

primeramente encapsulado, sino que, por su modo primario <strong>de</strong> ser, ya está siempre , junto a un ente<br />

que comparece en <strong>el</strong> mundo ya <strong>de</strong>scubierto cada vez. Y <strong>el</strong> <strong>de</strong>terminante estar junto <strong>al</strong> ente por conocer no es <strong>al</strong>go<br />

así como un abandono <strong>de</strong> la esfera interna, sino que también en este , junto <strong>al</strong> objeto, <strong>el</strong> Dasein<br />

está , en cuanto es un estar-en-<strong>el</strong>-mundo cognoscente. Y, a su vez, la aprehensión <strong>de</strong> lo conocido no<br />

es un regresar <strong>de</strong>l s<strong>al</strong>ir aprehensor con la presa <strong>al</strong>canzada a la <strong>de</strong> la conciencia, sino que también en<br />

la aprehensión, conservación y retención <strong>de</strong>l Dasein cognoscente sigue estando, en cuanto Dasein, fuera” (M.<br />

Hei<strong>de</strong>gger: Ser y tiempo. op.cit. p. 83).<br />

459 M. Hei<strong>de</strong>gger: De la esencia <strong>de</strong> la verdad. op.cit. p. 205.<br />

205

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