La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

Sin embargo, esta diferenciación en dos períodos de la obra deleuzeana y de sus relaciones
con el psicoanálisis no implica un cambio radical de planteamientos filosóficos, como han querido
ver algunos lacanianos, sino solamente una politización de la perspectiva con la que se va a evaluar
el papel del psicoanálisis, no solo en la filosofía sino también en la sociedad. La primera parte de la
obra deleuzeana, la parte más adscrita al psicoanálisis ortodoxo, está marcada por el análisis
teórico de algunos de los conceptos freudianos, lacanianos y kleinianos. Sin embargo, estos
conceptos se van a poner a funcionar sin a penas tomar en consideración el psicoanálisis como
terapia. Se trata, más bien, de versionar sus aspectos más filosóficos y tomarlos al margen de
instrumentalizaciones clínicas. En la segunda parte, la parte de la obra deleuzeana más crítica con
el psicoanálisis, lo que hallamos es una valoración del psicoanálisis como institución médica y
como uno de los discursos creadores de la sexualidad, en el sentido foucaltiano, de la
conformación sexual de la personaliadad. La práctica psicoanalítica aparece, entonces, como
dispositivo de confesión y como mecanismo de sujeción.
El psicoanálisis como práctica clínica funcionaría, pero funciona mediante cierta mitología
encargada de apresar el Inconsciente, hacerlo hablar en el idioma de la conciencia y, así, posibilitar
la traducción 588 . En ello no está implicado el Freud descubridor del Inconsciente sino el Freud que
pretende representarlo como resto de operaciones represivas. Deleuze querrá rescatar al
Inconsciente de la representación, haciéndolo valer como Diferencia (en el sentido derridiano que
habíamos anotado). Sacar al Inconsciente y al deseo del ámbito de la representación viene a
coincidir con la tarea de pervertir el platonismo 589 en el seno del psicoanálisis y esto supondría, de
la mano de Nietzsche, volver al pensamiento presocrático, recuperando el logos de Heráclito como
pensamiento sin sujeto co-perteneciente con el Ser, haciendo de éste el precedente claro de la
noción de Inconsciente Ontológico. Deleuze propone “invertir el platonismo” como tarea principal
de la filosofía actual. Para ello, recoge el hilo que el propio Platón había dejado caer en la
presentación del “simulacro”, en el Sofista. Deleuze, en Logique du sens, appendice I: “Simulacre
et philosophie antique”, chapitre 1: “Platon et le simulacre” (en Lógica del sentido, apéndice I:
“Simulacro y filosofía antigua”, cap. 1: “Platón y el simulacro”), recoge el desafío de invertir el
588 Cfr. Hablamos de mitología, según Teresa Oñate en El retorno teológico-político de la inocencia. Ed. Dykinson.
Madrid, 2010, cada vez que el hombre ocupa el lugar de lo divino proyectando así su voluntad de poder y miedo de
la mortalidad (p. 107).
589 “Y es que Deleuze, siguiendo a Nietzsche y su “inversión del platonismo”, lo que hace es seguir de cerca a Platón
y utilizar sus mismos métodos, que son los de la filosofía desde su inicio griego, con la salvedad de que los
continúa con unas variaciones o desviaciones radicales. A saber, volviendo a instaurar la inmanencia donde el
filósofo griego introduce la trascendencia –veremos esta estrategia filosófica en muchos más casos–“ (A. Núñez:
La ontología de Gilles Deleuze: de la política a la estética. op.cit. p. 99).
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