La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

sentido, las individuaciones. La prohibición edípica sería la esencia de la Ley. Deleuze, en cambio,
apreciará en la Ley una provocación más que una prohibición: una conducción del deseo más que
una oposición al mismo. Nosotros nos preguntamos con Deleuze ¿qué ocurriría si se levantase la
prohibición?¿Es cierto que explotaría la sociedad?¿Realmente desearíamos a nuestros padres?¿No
ocurriría más bien que, no deseándolos, querríamos nuestra independencia, o que, deseándolos, ya
no ocuparían la posición de padres? Según Deleuze, el psicoanálisis halla su lugar y su sentido
dentro del contexto del capitalismo. El capitalismo, sin embargo, no inventa Edipo ni, por
supuesto, la prohibición del incesto, sino que lo privatiza, lo hace funcionar en una familia que ya
no es productora sino mera correa de transmisión de la ideología dominante. Así nace el Edipo
simbólico: en la aplicación de las imágenes sociales a las imágenes familiares privadas. La familia
es el lugar privilegiado de la representación. En el límite, el psicoanálisis aplica la reducción
familiarista en la transferencia del paciente al analista, llevando el teatro al propio diván.
Encontramos así, un psicoanálisis que finalmente no se mide con ningún afuera, convirtiéndose él
mismo en prueba y garantía de su propia prueba, al conquistar la absoluta autoreferencia. La
axiomática y la autorreferencia son lo propio del capitalismo y, en él, del psicoanálisis. Deleuze
denunciará, sobe todo, un uso ilegítimo de las síntesis del Inconsciente, un paralogismo, que
pretende concluir del siguiente modo: si esto está prohibido es porque es deseado. Así, a un mismo
tiempo, el deseo recibe sus primeros objetos completos (madre y padre) y ve cómo le son
prohibidos. Nos encontramos, además, con una petición de principio ya que el incesto mismo
exigiría las personas y los nombres. En cierto sentido, podríamos pensar que el método de la
reminiscencia no tiene tanto que ver con el recuerdo sino con la búsqueda del saber que el sujeto
tiene, siendo una razón que se busca a sí misma. Sería el propio sujeto el que, por sí y en sí mismo,
tiene esas ideas que llegan a ser conocimiento, despertándolas con la reminiscencia. Como
veremos más adelante, esto tiene relación con la producción de fantasmas y el atrapamiento de los
mismos por parte del individuo, cuestión difícil de solventar para Freud, que propondrá una
herencia filogenética, resonando en ella cierto estilo platónico. El biologicismo y el recorso a la
herencia filogenética ya será criticado por Althusser en sus Escritos sobre psicoanálisis del año 64.
También hemos problematizado la cuestión psicoanalítica de la transferencia en relación a
la concepción del amor y de la repetibilidad del mismo o fidelidad involuntaria. Dentro de estos
asuntos, tratados ampliamente en el apartado cuarto de nuestra tesis, se abría la pregunta por el
amor más inmediato o primitivo y a partir de ella, nos poníamos a discutir con Freud, pero también
con Hegel, acerca de cuál fuera el ámbito, más comunitario, según nuestra posición, más privado,
según las suyas, en el que surge, en primera instancia, el amor, la phylia, la amistad y, en
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