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La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

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natur<strong>al</strong>ezas. <strong>La</strong> unión por la carencia compartida es una unión triste y no una composición<br />

productiva. Cuando los humanos están afectados <strong>de</strong> tristeza sufren, necesariamente, una pasión<br />

dado que la tristeza no es una acción sino que más bien, <strong>de</strong>bilita nuestra capacidad <strong>de</strong> obrar. Así, si<br />

estamos afectados <strong>de</strong> tristeza, seremos menos capaces <strong>de</strong> actuar en nuestras vidas. De ahí que<br />

<strong>D<strong>el</strong>euze</strong> señ<strong>al</strong>e, comentando a Spinoza, que <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r establecido necesita, para mantenerse, aun en<br />

contra <strong>de</strong> los intereses <strong>de</strong> las personas que viven bajo él, afectarlas <strong>de</strong> tristeza, siendo <strong>el</strong> odio o <strong>el</strong><br />

miedo una <strong>de</strong> esas afectaciones, para disminuir su capacidad <strong>de</strong> respuesta y rebajar <strong>el</strong> carácter <strong>de</strong><br />

sus posibles luchas. Spinoza apuesta por la razón frente a las pasiones porque la razón es capacidad<br />

<strong>de</strong> obrar basada en <strong>el</strong> conocimiento, es <strong>de</strong>cir, en virtud <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong> su natur<strong>al</strong>eza. Esa capacidad<br />

<strong>de</strong> actuar bajo <strong>el</strong> imperio <strong>de</strong> la razón coinci<strong>de</strong> con la libertad que postula Spinoza entendida como<br />

conciencia <strong>de</strong> la necesidad. Po<strong>de</strong>mos añadir nosotros que se trata, igu<strong>al</strong>mente, <strong>de</strong> la capacidad para<br />

señ<strong>al</strong>ar <strong>el</strong> logos como pensamiento sin sujeto o como pensar co-perteneciente con la physis, ese<br />

pensar que, cuando nos atraviesa, nos hace sabios y nos reconcilia con los acontecimientos que nos<br />

ro<strong>de</strong>an. En Spinoza, estar atravesado por <strong>el</strong> logos es conocer a Dios, que constituye <strong>el</strong> supremo<br />

bien <strong>de</strong> los que siguen la virtud, un bien que, a diferencia <strong>de</strong>l f<strong>al</strong>o lacaniano, que es un bien<br />

disputado que genera competición y discordia entre las personas, pue<strong>de</strong> ser y <strong>de</strong>be ser poseído por<br />

todas, en cuanto que son <strong>de</strong> la misma natur<strong>al</strong>eza (prop. XXXVI <strong>de</strong> la parte cuarta). <strong>La</strong> aspiración<br />

conjunta a este conocimiento <strong>de</strong> Dios o <strong>de</strong>l logos <strong>al</strong> que nos referimos pi<strong>de</strong> amistad: “Al <strong>de</strong>seo por<br />

<strong>el</strong> cu<strong>al</strong> se siente obligado <strong>el</strong> hombre que vive según la guía <strong>de</strong> la razón a unirse por amistad a los<br />

<strong>de</strong>más, lo llamo honra<strong>de</strong>z, y llamo honroso lo que <strong>al</strong>aban los hombres que viven según la guía <strong>de</strong><br />

la razón, y <strong>de</strong>shonroso, por contra, a lo que se opone <strong>al</strong> establecimiento <strong>de</strong> la amistad.” 1016 (escolio<br />

<strong>de</strong> la prop. XXXVII <strong>de</strong> la parte cuarta). Decíamos anteriormente que <strong>el</strong> amor que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> Spinoza<br />

es <strong>el</strong> amor <strong>al</strong> que nosotros conocemos como amistad en la medida en que su apuesta no incluye los<br />

excesos amorosos que afectan <strong>de</strong>sequilibradamente <strong>al</strong> cuerpo y que generan un apego patológico:<br />

“los afectos que cotidianamente nos as<strong>al</strong>tan se r<strong>el</strong>acionan, por lo gener<strong>al</strong>, con una parte <strong>de</strong>l<br />

cuerpo que es afectada más que las otras, y, por en<strong>de</strong>, los afectos tienen gener<strong>al</strong>mente exceso, y<br />

sujetan <strong>al</strong> <strong>al</strong>ma <strong>de</strong> t<strong>al</strong> modo en la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> un solo objeto, que no pue<strong>de</strong> pensar en otros; y<br />

aunque los hombres están sometidos a muchísimos afectos -encontrándose raramente, por <strong>el</strong>lo, a<br />

<strong>al</strong>guien que esté dominado siempre por uno solo y mismo afecto-, no f<strong>al</strong>tan, con todo, hombres a<br />

quien se aferra pertinazmente un solo y mismo afecto” 1017 (escolio <strong>de</strong> la prop. XLIV <strong>de</strong> la parte<br />

cuarta); “... <strong>el</strong> amor lascivo, esto es, <strong>el</strong> <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> engendrar suscitado por la b<strong>el</strong>leza y, en gener<strong>al</strong>,<br />

1016 Ibid. p. 290.<br />

1017 Ibid. pp. 298-299.<br />

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