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La crítica de Deleuze al psicoanálisis: el proyecto ... - e-spacio UNED

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terreno para una subversión <strong>de</strong> nuestras motivaciones y expectativas vit<strong>al</strong>es así como <strong>de</strong>jarían libre<br />

la pista <strong>de</strong>l amor más primordi<strong>al</strong> que sería un amor público y hacia lo público. El <strong>de</strong>clive <strong>de</strong>l amor<br />

romántico, dicho esto con cierto anacronismo, sería la condición <strong>de</strong> posibilidad <strong>de</strong>l triunfo <strong>de</strong> la<br />

fraternidad: “... lo que une, ¿no es la comunidad <strong>de</strong> <strong>al</strong>egrías y penas, cuando <strong>el</strong> mayor número<br />

posible <strong>de</strong> ciudadanos goce y se aflija <strong>de</strong> manera parecida ante los mismos hechos f<strong>el</strong>ices o<br />

<strong>de</strong>sgraciados?” 957 ; “¿Y lo que <strong>de</strong>sune no es la particularización <strong>de</strong> estos sentimientos, cuando los<br />

unos acojan con suma tristeza y los otros con suma <strong>al</strong>egría las mismas cosas ocurridas a la<br />

ciudad o a los que están en <strong>el</strong>la?” 958 . Hay <strong>al</strong>go <strong>de</strong> revolucionario en los planteamientos platónicos.<br />

T<strong>al</strong> vez un posicionamiento tan antifamiliarista no haya sido rebasado en nuestros días. <strong>La</strong> apuesta<br />

amorosa por la amistad apasionada es en Platón clara. Intuimos que Spinoza sigue <strong>de</strong>rroteros<br />

semejantes. T<strong>al</strong> vez en <strong>D<strong>el</strong>euze</strong>, como en Nietzsche se reedite la importancia <strong>de</strong>l amor comunitario<br />

pero siendo éste no solo tan apasionado sino también tan abrupto como hubiera sido <strong>el</strong> más<br />

violento <strong>de</strong> los amores románticos. El r<strong>el</strong>ato <strong>de</strong> la excepcion<strong>al</strong>idad <strong>de</strong> las personas se ve, con<br />

Platón, amenazado por otro en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> sufrimiento y <strong>el</strong> dolor se ven <strong>de</strong>splazados en cuanto que las<br />

pérdidas individu<strong>al</strong>es no requerirían du<strong>el</strong>os tan ex<strong>al</strong>tados y en <strong>el</strong> que la ecuanimidad sería una<br />

virtud princip<strong>al</strong> solo garantizada por este <strong>al</strong>isamiento <strong>de</strong> la geografía amorosa. Esta concepción <strong>de</strong>l<br />

amor llevaría a resultados radic<strong>al</strong>es en cuanto a la forma <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rnos como personas y como<br />

conciudadanos. Lo que Platón está proponiendo <strong>al</strong> más puro estilo comunista es una reeducación<br />

<strong>de</strong> los afectos y una reescritura <strong>de</strong> los mismos en términos <strong>al</strong>ejados <strong>de</strong> la propiedad privada.<br />

Consi<strong>de</strong>ramos, en parte, que cuando Negri o incluso <strong>D<strong>el</strong>euze</strong> hablan <strong>de</strong>l amor comunitario se<br />

encuentran en cierto modo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta apuesta por una solidaridad más amplia que la que<br />

encierra <strong>el</strong> círculo familiar aunque, como <strong>de</strong>cíamos antes, no por <strong>el</strong>lo <strong>de</strong>sapasionada ni libre <strong>de</strong><br />

dolor. A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>bemos recordar que para <strong>D<strong>el</strong>euze</strong> la familia es una correa <strong>de</strong> transmisión <strong>de</strong> los<br />

soci<strong>al</strong>, siendo, por <strong>el</strong>lo, ya cultur<strong>al</strong> y soci<strong>al</strong>mente estructurante. En este ascenso hacia la<br />

sustitutividad, “Platón observa que es precisa una profunda reestructuración <strong>de</strong> la experiencia<br />

humana infantil, partiendo, efectivamente, <strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong>l pecho. Los bebés se encomiendan<br />

a las nodrizas y se evita la oportunidad <strong>de</strong> que se cree un lazo especi<strong>al</strong> con la madre como<br />

criadora, con <strong>el</strong> padre como autoridad” 959 . V<strong>al</strong>e la pena preguntarnos si <strong>el</strong> <strong>proyecto</strong> platónico<br />

v<strong>al</strong>dría como proceso <strong>de</strong>finitivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sedipización <strong>de</strong> los afectos o constituiría un Edipo <strong>de</strong>l tipo<br />

más estructur<strong>al</strong> en torno, por ejemplo, a las figuras <strong>de</strong>l filósofo-rey. Platón, advertía en la viscosa<br />

957 Platón: <strong>La</strong> República. Ed. Alianza. Madrid, 1995. p. 283.<br />

958 Ibi<strong>de</strong>m.<br />

959 M. Nussbaum: El conocimiento <strong>de</strong>l amor. op.cit. p. 226.<br />

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